Subiendo a la Cúpula
Italia

Ciudad del Vaticano

Una visita al país más pequeño del mundo

0.44km². Esa es la superficie de Ciudad del Vaticano, por algo es el país más pequeño del mundo.

Seas o no seas católico, visitar el Vaticano es uno de esos hitos que todo viajero debe cumplir. Aparte de la religión, esa poca superficie está repleta de historia. ¿Comenzamos?

Hoy el día comenzaba muy temprano, ya que las colas que se pueden formar para visitar el Vaticano pueden llegar a alguna que otra hora. Lo primero que queríamos hacer era subir la Cúpula de la Basílica de San Pedro para evitar que el Sol y la cola de gente lo hiciesen difícil.

Si vais en Agosto, como hicimos nosotros, debéis saber que la Cúpula abre a las 8 de la mañana, así que a las 7am sonaba nuestro despertador. Al estar el hotel en las inmediaciones del Vaticano, con una hora de antelación era más que suficiente. Tras un breve desayuno, ya estábamos listos para visitar un pedacito de la historia de nuestro mundo. A las 8 en punto, estábamos en la oficina donde se adquieren los tickets para subir a la cúpula.

Basílica de San Pedro

Subir a la cúpula

Tienes dos opciones de tickets: Uno por 6€ (Enero 2017) en el que tendrás que subir los 551 escalones, y otro por 8€ (Enero 2017) en los que podrás subir en ascensor hasta una terraza intermedia y de ahí tendrás que subir andando los 320 escalones que te separan de la cúpula. Puesto que nosotros somos jóvenes y nuestras piernas no flaquean, decidimos subir andando.

A mitad de subida tienes un pequeño descanso en donde te puedes asomar al interior de la Basílica.

Vistas de la Basílica

Tras un pequeño descanso, continuamos nuestro retorcido ascenso. Y no usamos la palabra «retorcido» porque fuese difícil, sino porque literalmente tienes que retorcerte cuando te vas aproximando arriba del todo.

Retorciéndonos para llegar a la cima

Pero cuando llegas a la cima y te asomas al balcón de la cúpula, todo cobra sentido. Olvidas los 551 escalones que has tenido que subir y olvidas las eses que has tenido que hacer con la espalda. Olvidas todo eso porque tienes ante tus pies estas vistas:

Subiendo a la Cúpula

Vistas desde la Cúpula


Sabías que….

La Cúpula de la Basílica de San Pedro es la más alta del mundo con 136.57 metros de altura y la tercera del mundo en cuanto a diámetro (sólo superada por la cúpula del Panteón de Agripa y por el Duomo de Florencia)


Tras las fotos de rigor, bajamos de nuevo a la Plaza de San Pedro ya que teníamos una visita muy especial: ¡¡¡la visita a la Necrópolis subterránea y a la Tumba de San Pedro!!!!

Cuando estábamos preparando nuestro viaje a Italia, dimos por casualidad con un blog en donde explicaban que habían podido visitar la Tumba de San Pedro y la Necrópolis que se esconde en el subsuelo de la Basílica. Nos pusimos a investigar y, efectivamente, realizar esa visita era posible. Os explico cómo.

Tumba de San Pedro y Necrópolis

Lo primero que debéis saber es que no es posible realizar esta visita sin reserva previa. La reserva la podéis hacer bien por teléfono o por email. Nosotros optamos por el correo electrónico.

La dirección de correo a la que os debéis dirigir es la siguiente: scavi@fsp.va

En el email que escribáis debéis indicar el número de visitantes, los nombres de los visitantes, el idioma en el que queréis realizar la visita (es obligatorio realizarla con un guía que os estará esperando en la entrada de las oficinas) y por supuesto la fecha en la que queréis realizar la visita. Os dejo el email que yo escribí por si os sirve de ayuda.

Dear Sir/Madam,
We are interested in visiting the excavation of the Grave of St.
Peter. For that purpose, we provide the requested information:

– Number of visitors: 2 visitors
– Names of the visitors: Oscar Gascón Francés and Laura Raquel Cerezo Pina
– Language desired for the visit: Spanish
– Dates available: 7th, 8th, 9th and 10th  of August

Yours sincerely,

A los pocos días, os contestarán confirmando vuestra visita y os explicarán la forma de pago. Nosotros optamos por pagar con tarjeta (12€ por persona, Agosto 2011). Recordad imprimir el voucher que os llegará al correo ya que lo necesitaréis para poder realizar la visita.

Nos habían citado a las 10 de la mañana para realizar la visita de la Necrópolis, así que a las 09:45 ya estábamos en la entrada. En el siguiente plano podéis ver con la palabra ENTRADA el lugar por el que tenéis que acceder, y rodeado con un círculo rojo, el lugar en donde debéis entregar el papel de la reserva.

Lugar exacto del inicio de la visita a la Tumba de San Pedro

La necrópolis tiene su origen en la época del emperador Calígula en la que se construyó fuera de los muros de la ciudad (existía una ley que prohibía construir cementerios intramuros). Hacia el año 64-67, San Pedro fue martirizado por Nerón, el cuál lo enterró en la Necrópolis. Hacia el año 330, el emperador Constantino rellenó de tierra toda la Necrópolis para sentar la base de la antigua Basílica y así quedaron ocultas por varios centenares de años. No fue hasta la década de 1940 cuando se comenzaron las excavaciones para localizar la tumba de San Pedro, hecho que fue proclamado por el Papa Pio XII. En la siguiente imagen podéis ver un corte transversal de la Basílica.

Corte transversal de las Catacumbas de San Pedro

Lamentablemente, en el interior no se pueden hacer fotos ni con flash ni sin flash, por lo que no os puedo poner ninguna.

La visita es muy amena y dura alrededor de una hora. En ella os explicarán con todo lujo de detalles toda la historia de la Necrópolis así como las diferentes tumbas que existen en la misma. Por supuesto, el momento cumbre viene con la visita a la zona P (Peter Campus) en donde, veréis unos huesos que son supuestamente de San Pedro.

Sólo la fe te hará creer que esos son los huesos ya que han pasado 2000 años y muchas obras encima como para pensar que esos son los huesos. Tengas o no tengas fe, el sitio es sobrecogedor y sólo pensar que esos sean los huesos de verdad, se te pone la piel de gallina.


⇒No se permite….

  • Hacer fotos ni con flash ni sin flash
  • La entrada a menores de 15 años
  • Entrar con vestimenta inadecuada

Tras realizar la visita a la Necrópolis, accederéis directamente a las grutas vaticanas en donde hay enterrados algunos Papas y algún que otro Rey. Tras esta interesante visita, accederéis nuevamente al interior de la Basílica para admirar el templo más sagrado de los cristianos.

Templo principal de la Basílica

¿Qué decir del edificio que presume tener el mayor espacio interior del mundo en cuanto a templos cristianos se refiere?

La Basílica tal y cómo la conocemos hoy es un proyecto de Bramante, aunque sufrió retoques por parte de Rafael, Sangallo y Miguel Ángel.

Interior de la Basílica de San Pedro

De su interior destaca por encima de todo su impresionante baldaquino realizado en bronce negro, obra de Bernini.

Baldaquino

Aparte del Baldaquino, también os sorprenderá gratamente una escultura denominada Piedad, obra de Miguel Ángel.

La Piedad de Miguel Ángel

Os recomiendo que os lo toméis con calma y disfrutéis de esta visita.

Tras pasar unas dos horas visitando la Basílica, fuimos a comer a algún restaurante que no consigo recordar. Y es que después de la comida, teníamos otra importante dosis de historia. Ni más ni menos que la visita a los Museos Vaticanos.

Museos Vaticanos

El consejo más valioso que os voy a dar va a ser este: ¡¡¡Realizad la reserva previa para visitar los Museos Vaticanos!!!

Cuando nosotros entramos con nuestra reserva previa, la cola era inmensa y nos dijeron que había casi dos horas de cola. Y si vais en Agosto, no os gustará estar dos horas a pleno sol. La reserva la podéis hacer en la web oficial de los Museos Vaticanos.

Y por fin entras dentro de los tesoros mejor guardados del Vaticano. Al comienzo nos fuimos deteniendo en todas las obras para admirarlas, pero tras una hora, te das cuenta que es imposible verlo todo y te toca seleccionar. Cuadros, esculturas, joyas hacen que te sientas muy pequeño. Y es que es tal la cantidad de obras de arte que existen en esos museos que resulta abrumador. Viene muy bien un jardín que existe a mitad de recorrido en el que es muy recomendable sentarse y asimilar lo que están viendo tus ojos.

Jardín de los Museos Vaticanos

Pero lo bueno viene al final de la visita cuando, ya ni nos acordábamos, aparece ante nuestros ojos la archiconocida Capilla Sixtina. Es como el remate final a la cantidad de arte que acabamos de observar.

Maravillosa. Esa sería la mejor palabra que define esta capilla. Cada fresco que decora sus paredes da para estar observándolo horas. Y cuando crees que ya nada más te puede asombrar, alzas la mirada a la bóveda y ahí está. Probablemente la obra más conocida de Miguel Ángel: La Creación de Adán.

Creación de Adán

Realmente es fabuloso lo que ven nuestros ojos.

Con el corazón todavía encogido, abandonamos los Museos totalmente maravillados, aunque reconocemos, que para unos profanos del arte como nosotros, llega a ser demasiado arte junto.

Plaza de San Pedro

Al salir de los Museos, nos fuimos a la Plaza de San Pedro a observar el exterior de la Basílica.

Exterior de la Basílica de San Pedro

Si el interior es magnífico, el exterior no le va a la zaga. Destacan en la parte superior los 12 Apóstoles y las grandes columnas de la fachada principal.

La plaza también es muy bonita. Rodeada de columnas sobre las que asienta una balaustrada, que da soporte a un total de 140 santos de la época. En el centro de la plaza, se erige un obelisco egipcio de nada más y nada menos que ¡¡¡327 toneladas!!!!

Plaza de San Pedro

Tras estar un buen rato descansando en la plaza, fuimos en dirección al Castel Sant’Angelo, pero para nuestra desgracia se encontraba cerrado, por lo que simplemente nos dedicamos a pasear por los alrededores.

Ponte Sant'Angelo

El día lo quisimos despedir en la Fontana di Trevi iluminada por las farolas y los flashes de las cámaras de los cientos de turistas que allí se congregaban.

Fontana di Trevi iluminada por la noche

Ahora ya sí, tocaba descansar, que para el próximo día nos tocaban unas cuantas horas de tren para ver una ciudad petrificada en el tiempo.

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