Una de las entradas a las cuevas
España

Cuevas de Sare y de Zugarramurdi -Día 11

Día de brujas y akelarres

Hoy era uno de los días más esperados de todo el viaje. Comenzábamos el día en las cuevas francesas de Sara (Grottes de Sare en francés). Es una cueva visitable dentro del macizo calcáreo existente en la zona. Una cueva en la que, durante 2 millones de años, el agua ha ido transformándola a su antojo, formando espectaculares cavidades que nos dejarán sin habla.

De aquí, poníamos rumbo a una de las cuevas más conocidas del país: cuevas de Zugarramurdi. Tristemente famosas por haber sido escenario de las más despiadadas costumbres humanas, la quema de brujas supuso un antes y un después en la pequeña localidad vasca. Aunque actualmente las cuevas están llenas de turistas y se usan con fines turísticos, no debemos olvidar que allí, muchas personas fueron quemadas vivas por una simple acusación de brujería.

Un recorrido ideal para pasar un agradable día conociendo el pasado humano, desde sus orígenes hasta la época más reciente. ¿Comenzamos?

Desde nuestro hotel, tocaba la rutina de siempre, aunque hoy sí madrugaríamos un poco más ya que teníamos casi una hora y media desde nuestro hotel (ya convertido casi en nuestra casa después de 8 noches) hasta las Cuevas de Sare. Llegamos sobre las 12 del mediodía y tocaba aparcar el coche. Afortunadamente, estas cuevas están muy preparadas para el turismo y disponen de hasta 3 aparcamientos gratuitos para dejar el coche. Así da gusto.

Localización de las Cuevas de Sare y cómo llegar

Están situadas en el lado francés de la frontera que separa Francia y España, muy cerca de Sare, el pueblo del que recibe el nombre.

Entrada a la cueva de Sare

Si queréis hacer una escapada desde San Juan de Luz , debéis saber que hay un autobús que conecta San Juan con las cuevas. En San Juan, deberéis ir a la parada de coches que hay frente a la estación, y allí tomar la línea 24.

Si vais desde San Sebastián, debéis tomar la autopista A-63 y tomar la salida SAN JUAN DE LUZ NORTE. Una vez hecho esto, deberéis seguir en dirección Sare-Grottes de Sare.

En este link tenéis toda la información al respecto.

 

Dejamos el coche en uno de los aparcamientos y fuimos a comprar las entradas. Aunque eran las 12:00, la siguiente visita en español no era hasta las 13:30 (sólo es posible visitar las cuevas mediante visita guiada). Dependiendo del año, los horarios varían, así que, para no aburriros con un montón de información, os dejo la web oficial  para que podáis consultar los horarios. En ese link también tenéis los precios (8.5€ por adulto, 4.5€ por cada niño con edad entre 5 y 13 años, y 7.5€ para adolescentes de entre 14 y 17 años. Precios válidos en Noviembre de 2017.)

Aprovechando el rato que teníamos hasta nuestro turno, entramos al restaurante que hay allí para dar de comer a los peques y tomar nosotros un bocadillo. Con el estómago lleno, nos dispusimos a dar un pequeño paseo por los alrededores.

Qué ver en las Cuevas de Sare

Aunque evidentemente, lo más conocido son las propias cuevas, también hay un par de sitios al lado que debéis visitar para haceros una idea más global del entorno en el que estáis:

  1. Museo

La visita al museo está incluida con el ticket de entrada a las cuevas (realmente, el museo es de libre acceso por lo que podéis entrar aunque no visitéis la cueva). El museo hace un recorrido por la evolución humana y cómo dieron uso a las cuevas en función de la época en la que se encontraban. También se hace eco de las evidencias históricas que sitúan en estas cuevas a soldados heridos en distintas guerras, napoleónicas, carlistas, guerras mundiales… Además, hay un pequeño espacio dedicado a la memoria de Jose Miguel de Barandiarán, etnólogo vasco que se refugió en Sara durante la guerra civil española, donde centró numerosos estudios acerca de las cuevas.

  1. Parque megalítico

Situado enfrente de las cuevas, es un espacio al aire libre en el que se recrea los monumentos y los hábitos más conocidos de nuestros antepasados. Veremos pequeñas recreaciones que nos muestran cómo eran las cremaciones, los ritos funerarios, los dólmenes que construían, etc…

Disfrutando del parque megalítico

Estuvimos echando un vistazo al pequeño museo (se ve en apenas 15 minutos) y conociendo un poco más acerca de la vida de nuestros antepasados. De igual manera, conocimos la historia del etnólogo Barandiarán, que dedicó buena parte de su vida a estudiar las cuevas.

También estuvimos dando un pequeño paseo por el parque megalítico en el que aprendimos más acerca de los distintos ritos (casi todos relacionados con la muerte) que practicaban nuestros ancestros, así como las primitivas construcciones y para qué se usaban.

Aprendiendo las más ancestrales culturas

Hicimos tiempo hasta que el reloj marcaba las 13:30, hora en la que estábamos citados para comenzar nuestra visita. Lo primero que hacen es poner un vídeo a modo de introducción en el que te ponen en contexto sobre lo que vas a ver.

Vídeo explicativo de la zona

Una vez situados históricamente, dimos comienza la visita. Lamentablemente, no está permitido hacer fotos dentro de las cuevas por lo que no os puedo mostrar fotos del interior.

La visita se hace muy amena, y la guía nos cuenta con todo detalle cómo las filtraciones de agua consiguieron excavar la porosa roca caliza.

También nos contó que la cueva fue refugio de numerosos animales, entre los que podemos incluir al oso, quién encontró en la cueva un sitio ideal para la hibernación. Actualmente, el único animal que habita las cuevas son los omnipresentes murciélagos. Debéis recordar ser muy respetuosos con este animal ya que es muy sensible a los ruidos. Además, recordad que somos unos invitados a su hogar. Casi al final de la visita (la cuál dura unos 45 minutos) os pondrán un pequeño vídeo dentro de la cueva proyectado sobre una pared de roca. Con este vídeo, se da por finalizada la visita. Una visita muy pero que muy recomendable y que nos gustó mucho.

Nos encantó la cueva!!

Tras esta visita, nos subíamos nuevamente al coche camino del plato fuerte del día: las Cuevas de Zugarramurdi.

Desde Sare a Zugarramurdi apenas hay 10 minutos en coche por unos caminos rodeados de verdes prados. Una preciosidad. Si os hace buen tiempo, podéis ir andando a través del conocido como Camino de los Contrabandistas. Este camino tiene un desnivel de unos 300 metros y una longitud de unos 3.5 kilómetros. El camino está señalizado por unos caballos azules pintados en la roca. Es un camino asequible para realizarlo en familia y con niños pequeños.

Cómo ir de Sare a Zugarramurdi

Si vais en coche, a la entrada de Zugarramurdi hay un parking gratuito donde dejar el coche.

Desde dicho parking a las cuevas, apenas hay 15 minutos andando. El camino es precioso, atravesaréis una calle con preciosas casas al más estilo vasco, que os harán desear vivir en una de ellas.

Nos encanta la arquitectura vasca

A mitad de camino entre el parking y las cuevas, os toparéis con el Museo de las Brujas. Es un museo pequeñito que se ve en poco más de media hora en el que se expone con pelos y señales todo lo referente a las cuevas, a los akelarres y la caza de brujas que tuvo lugar en Zugarramurdi. Creo que es obligatorio visitar dicho museo para entender bien lo que allí ocurrió hace 400 años.

Museo de las Brujas

Abierto al público en el año 2007, nos explica cómo era la vida cotidiana de las gentes de Zugarramurdi. Aunque por supuesto, donde más se centra el museo es en la locura que asoló la localidad en el año 1610, cuando la Inquisición acusó a varias personas de brujería. Un edificio que trata de ser un pequeño homenaje a aquellas personas que fueron víctimas de las más crueles supersticiones y, víctimas de ellas, llevadas a la hoguera. En este link  podéis ver el horario de apertura del museo. El precio de entrada al museo es de 4.5€ para los adultos y de 2€ para los niños entre 6 y 12 años (Noviembre 2017).

Fachada exterior del Museo de las Brujas

 

Visitado el museo, seguimos nuestro camino en busca de las famosas cuevas. Desde el museo, apenas hay 200 metros hasta la entrada a las cuevas.

Y por fin llegamos a nuestro gran destino del día. Unas cuevas que antaño, sirvieron como escenario de los conocidos aquelarres.

Akelarres, denuncias y quema de brujas

Los akelarres eran la forma común de denominar a las reuniones de brujas y brujos que invocaban al demonio para la realización de rituales y hechizos. Algo que, ya podéis imaginar, no estaba muy en consonancia con las leyes de la Inquisición. Se cree que el origen de los akelarres tuvo lugar precisamente en Zugarramurdi, ya que estas reuniones de brujas se realizaban en un prado cercano de la localidad llamado Akelarre (Campo del Macho Cabrío).

El origen de la quema de brujas tuvo lugar cuando una vecina de Zugarramurdi contó que había visto en sueños cómo un grupo de personas se reunía en la cueva para realizar fiestas y bailes en honor al demonio. Esto fue denunciado ante el Tribunal de la Inquisición de Logroño quién, tras varias investigaciones, arrestó a 53 personas, de las cuales 11 fueron quemados en la hoguera.

¡¡Listos para entrar!!

Si vais con silletas de bebés, os recomiendo que la dejéis en la entrada ya que para acceder a la cueva y para recorrer los alrededores de la cueva, el camino no es apto para estas silletas.

Precio y horario de las Cuevas de Zugarramurdi

El precio de entrada a las cuevas es de 4€ para adultos y 2€ para niños de entre 6 y 12 años (Noviembre 2017).

Si vais al museo y compráis las dos entradas allí, te descontarán 1€ por persona. Cosa muy recomendable.

En cuanto al horario, dependiendo de si vais en temporada alta, media o baja, tendréis un horario diferente. En la web oficial de Turismo de Zugarramurdi , tenéis toda la información al respecto.

En la entrada, nos dieron un mapa con todos los puntos a visitar. No sólo hay que visitar la cueva. En el mapa, hay propuesta una ruta circular. Dicha ruta comienza a mano derecha nada más entrar al recinto. Esa fue la ruta que hicimos nosotros.

En primer lugar, tras atravesar un camino bastante irregular (aunque asequible para cualquiera) llegaréis a un mirador desde el que podréis obtener una fantástica vista de Zugarramurdi.

Vistas desde el mirador de las cuevas

Si seguís por el camino, llegaréis hasta un precioso riachuelo rodeado de vegetación. Si sois amantes de la fotografía, lo pasaréis muy bien en esta zona intentando reflejar con la cámara lo que están viendo vuestros ojos.

Precioso riachuelo de la zona

El agua riega el entorno

 

Desde el riachuelo tenéis una de las entradas a la cueva. Nos sorprendió muchísimo lo enorme que es. Sólo pensar que esa cavidad ha sido obra de la erosión del agua con el paso de los años, se te ponen los pelos de punta.

Una de las entradas a las cuevas

Una vez que entramos a la cueva, lo único que puedes hacer es abrir bien los ojos y recorrer con la mirada esa inmensa cavidad que antaño, sirvió como lugar de concentración de unas personas que, debido a sus creencias, fueron condenadas a una horrenda muerte: la hoguera.

Aunque la que más impresiona de la cueva es la cavidad principal, en la parte superior tenéis otra pequeña cueva llamada “Cueva del Akelarre”, donde se supone que tenían lugar las satánicas reuniones.

Cartel indicativo de la cueva del akelarre

Cueva del akelarre

 

Tras un último vistazo, tocaba la despedida de Zugarramurdi y por extensión de nuestras queridas tierras vascas.

Atrás quedaban playas de ensueño, coquetos puertos de pescadores, la mejor gastronomía del mundo, brujas, akelarres, prados verdes hasta donde alcanza la vista, etc…

Tras este día, comenzábamos ya nuestro descenso hasta tierras murcianas, haciendo antes una parada en una ciudad poco conocida, pero que existe, por supuesto que existe.

Hasta pronto Euskadi!!!

Preciosos prados en Zugarramurdi