España

Día 1. Llegada a Palma de Mallorca

Primeros pasos por la isla

Son las 05:30 de la mañana cuando ya está sonando el despertador. Pero hoy no molesta madrugar, porque es un despertador que suena a viaje!!!!

Tras un pequeño checklist, llega el momento de despertar a Daniel, al que no le parece tan buena idea esto de madrugar….. Calmados los primeros llantos, cogemos el equipaje y al coche. Una hora después estábamos en el parking low cost en los alrededores del aeropuerto de Alicante. Con este tipo de parking, te puedes ahorrar un pico bastante considerable.

Nuestro avión salía a las 9 de la mañana, por lo que nos quedaba 1 hora por delante para poder desayunar y quitar bártulos de la silleta del niño para que la pudiesen meter bien en la bodega del avión.

El cachar…estooo……el avión despegó puntual y aunque a priori no trasmitía buenas sensaciones, hay que decir que el vuelo fué perfecto, tan perfecto que Daniel se durmió nada más despegar.

De camino a Mallorca

A las 10 de la mañana ya pisábamos tierras mallorquinas.


Cómo ir del aeropuerto a la ciudad

Para ir del aeropuerto a la ciudad tienes 3 opciones:

    1. Coger un autobús (en concreto la línea número 1), que por apenas 5€ y en 15 minutos te deja en el centro de la ciudad.
    2. Coger un taxi que te costará unos 27€
    3. Alquilar un coche

Nosotros cogimos la opción 1 y, como digo, en apenas 15 minutos estábamos en la Plaza de España. De ahí tocaba caminar otros 10 minutos hasta nuestro alojamiento (hotel Abelux).

El hotel cuenta con las características básicas de cualquier hotel: wifi, minibar, caja de seguridad para los más precavidos, etc.

Cuando uno viaja con niños, y sobre todo con bebés, lo primero son las necesidades del peque, así que tras un cambio de pañal y su comida, ya estábamos en disposición de dejarnos embaucar por las bellezas de Palma de Mallorca.

Tras coger el pertinente mapa de la ciudad en la recepción del hotel, nos dirigimos hacia la plaza Mayor. Dicha plaza que ahora luce tan bonita, fué sede de la Inquisición hasta el año 1823.

dsc_0015

Tras abandonar la plaza, seguimos nuestro periplo por calles mallorquinas en las que vamos descubriendo unas tiendas muy coloridas, llenas hasta los topes de productos de la tierra.

dsc_0024

Tras continuar andando, llegamos casi sin querer al tesoro más preciado de Palma de Mallorca: La Seu, o lo que es lo mismo, La Catedral.

Antes de dejarnos maravillar por la Catedral, hacemos un alto en el camino para ver otro de los tesoros que guarda esta ciudad: El Palacio Real de la Almudaina.

Dicho Palacio es una de las residencias de la Familia Real, aunque como podéis imaginar tiene mucha historia detrás, tanta que nos tenemos que remontar al megalitismo ya que un poblado megalítico se alzaba donde ahora reina el Palacio. Seguimos avanzando en el tiempo para deternos en el siglo II a.C cuando Cecilio Metelo fundó la ciudad de Palma cuyo centro se encontraba donde ahora encontramos el Palacio. Avanzamos ahora hasta el siglo X para encontrarnos con un tal Isam Al Jawlani (también llamado Issam al-Khawlaní), el cuál conquistó Mallorca en el año 903. A partir de este año, comienza la dominación árabe en la ciudad de Palma. La zona que había sido edificada por los romanos, pasa a ser conocida como Al-Mudayna y desde entonces sirvió como alcazar en el que residían los valíes musulmanes. Además, en esta zona se estableció la mezquita principal de la ciudad.

dsc_0045  dsc_0060

Nos remontamos ahora hasta el año 1229 cuando el Rey Jaime I consiguió la rendición del emir cuyo acto oficial se produjo en una habitación del palacio árabe (dicha habitación es visitable). Más tarde, en el año 1309, el Palacio fué reedificado por orden del Rey Jaime II siguiendo como modelo el Palacio Real de Perpiñán. La estructura actual es aquella del siglo XIV en la que comparten espacio el Palacio del Rey, el Palacio de la Reina, la Capilla de Santa Ana y los baños árabes  entre otros. Ya, en 1985 se erigió como Residencia Oficial de los Reyes. Como véis, el Palacio de la Almudaina es pura historia.

Al salir del Palacio, teníamos enfrente la Catedral, pero puesto que el Sábado lo íbamos a tener para poder seguir descubriendo la ciudad, preferimos dejar la visita para dicho día. Eso sí, no pudimos evitar, echar unas cuantas fotos.

dsc_0053

Tras dejarnos admirar por el impresionante exterior de la Catedral, decidimos encaminar nuestros pasos al puerto deportivo, para ver……otro tipo de turismo muy diferente al nuestro.

Enormes yates estaban atracados en el puerto, con sus ocupantes poniéndose finos de marisco y bebiendo vino blanco, el cuál, intuyo que no sería muy barato….

dsc_0070

Después de estar descansando un poco para que Daniel corriese y se desahogase de tanta silleta, fuímos deshaciendo nuestro camino hasta llegar de nuevo a la Plaza de España, donde el cielo se nos cayó encima y nos tuvimos que meter en el primer bar que encontramos hasta que la tormenta amainó.

El día no dió para mucho más, y después del madrugón, necesitábamos descansar. Mañana sería otro día.

6 Comments

Responder a latitude Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.