Nace un nuevo blog Presentación
Tal y cómo podéis leer en la sección Quienes somos, nuestros nombres son Oscar, Laura y Daniel. Somos una familia a la que le encanta viajar y que aprovecha cualquier momento para descubrir nuevos lugares y nuevas culturas.
Mi pasión por los viajes comenzó en 1993 (yo tenía por entonces 11 años) cuando realicé un viaje con mis padres, mis tíos y unos amigos de ellos a París. En ese viaje, visitamos Eurodisney y quedé prendado de todo lo que conlleva viajar…..madrugar, hacer maletas (seguro que esto a mis padres no les hacía tanta gracia), planificar el viaje con mapas (entonces no había nada parecido a un gps), etc… Ese viaje lo hicimos en coche desde Cartagena a París cargados como mulas y con el coche que parecía que iba a despegar de un momento a otro. Recuerdo visitar París y sobre todo visitar EuroDisney como si fuese ayer mismo.
Pues desde ese momento, todo lo que huela a viaje me apasiona, me da igual si es un desierto, una montaña nevada, si está a 10000km de casa o si está a media hora en coche.
Desde aquel momento no he parado de viajar, pero no ha sido hasta hoy cuando me he decidido a abrir un blog. ¿Por qué? os estaréis preguntando. Cuando uno no tiene hijos, a todo el mundo le parece bien que te vayas a dormir a un desierto o que te vayas a un país extraño….Japón. Pero llega un momento en la vida en la que la madre naturaleza hace acto de presencia y decide que quieres tener hijos. Desde ese momento, he perdido la cuenta de las veces que nos han dicho «ahora ya se acabó el viajar». ¿Por qué? Les preguntaba yo. Simplemente con la pregunta ya me miraban con cara de «estás como una cabra, como se te ocurre pensar en irte de viaje con un bebé, no sabes lo que dices».
Cuando nació Daniel, por supuesto continuamos viajando y la gente me decía «qué valientes, ir de viaje con niño, y si se te pone malo ¿qué?». Pues bien, debido a que parece que hay mucha gente que no concibe viajar con niños, es de ahí que nace el blog, para mostrar al mundo que no sólo se puede viajar con niños, si no que es mucho más gratificante.
Es cierto que ya no llevamos el ritmo en los viajes que llevábamos cuando sólo viajábamos Laura y yo. Ahora es un ritmo más lento y tenemos que adecuar el viaje a las necesidades de Daniel, pero lo sigo disfrutando igual o incluso más que cuando Daniel no estaba.
Así que, si tenéis dudas o estáis indecisos, confío en que este blog os las vaya disipando poco a poco.
2 Comments
Alejandro
Mis más sincera enhorabuena por este pedazo de blog.
Te deseo mucho éxito e infinitas singladuras a través de todas las latitudes posibles en el planeta. Me encanta que la «semilla» del blog sea un «zass en toda la boca» a aquellos que no son capaces de mirar más allá de la corriente que supuestamente marca el rio de la vida en todos los aspectos cotidianos, a veces ir a contracorriente es el verdadero aliciente de la vida y aquello que aporta la verdadera felicidad.
Voy a disfrutar este blog como si experimentase los viajes en primera persona a través de los ojos del pequeño Daniel, poniéndome en su lugar y siendo testigo de como le transmites el mismo «virus» que te contagiaron tus padres en su día. (Por cierto, aún recuerdo como si fuera ayer, tu viaje a París y todavía conservo la «mini Torre Eiffel que me trajiste de recuerdo.)
Por todo ello me reitero en la enhorabuena y que no pares de viajar ni de escribir sobre ello. Aqui siempre habrá un lector ávido de nuevas aventuras.
Un abrazo enorme para toda la familia viajera y que nunca encontreis la cura a vuestra «enfermedad» 😉
latitude
Cuando uno se plantea hacer un blog de lo que sea, siempre tiene las dudas de….¿lo leerá alguien? ¿me cansaré en breve de escribir? ¿qué pasa si no me leen ni mis amigos?
Conocí a Alejandro cuando ambos íbamos a 1º de EGB allá por el año 1988. Desde entonces, como le ocurre a todo el mundo, mucha gente ha pasado por mi vida, gente que consideraba amigos míos y me han fallado y gente de la que no esperaba nada en absoluto y siguen ahí. De todos esos amigos, SIEMPRE ha habido uno que nunca jamás en la vida me ha fallado, y eso tratándose de una amistad de 28 años es muy difícil.
Sí Alejandro, han pasado 28 años ya desde que nos conocimos en aquel magnífico colegio. 28 años en los que hemos sufrido, hemos llorado, hemos reído,… 28 años en los que siempre has estado ahí incondicionalmente para lo bueno y para lo malo, y eso, amigo mío, no te hace ser mi más mejor amigo (como diría el gran Forrest Gump), eso amigo, te hace ser mi hermano.
Así que respondiendo a las 3 preguntas de arriba…..Sí, Alejandro jamás falla. Sabiendo que tú estás ahí, estoy 100% seguro de que merece la pena escribir. Mis amigos no sé si me leerán, lo que tengo claro es que mi hermano sí lo hará. Un abrazo pichón.