Qué ver en Segovia en un día ¡¡No sólo del Acueducto vive Segovia!!
Muchos años, demasiados diría yo, han pasado desde que queríamos ir a Segovia. Finalmente por una cosa u otra nunca encontrábamos el momento ideal para conocer tan bella ciudad.
Al final, en la Semana Santa de 2018 se dieron las circunstancias ideales para rendirle tributo a esta ciudad que tanta historia atesora.
Siempre se ha asociado a Segovia con su acueducto romano (y bien merecido). Pero Segovia tiene mucho más que ofrecer al turista. Su Catedral, el espectacular Alcázar o simplemente sus callejuelas del barrio judío son uno de los muchos atractivos con los que cuenta la ciudad. Hoy os vamos a contar cuál fue el recorrido que hicimos nosotros. ¿Os venís?
El día amanecía frío, muy frío. Tanto, que los montes que había alrededor de nuestro alojamiento estaban totalmente nevados debido a la nieve que había caído por la noche. Tras un buen desayuno en donde estábamos alojados (ya os hablaremos en otro artículo acerca de nuestro hotel), llegaba la hora de montarse al coche y poner rumbo a la ciudad segoviana.
En apenas 50 minutos, estábamos entrando a la ciudad. Al ser Semana Santa, estaba todo hasta los topes, así que ni nos molestamos en buscar aparcamiento en la ciudad y dejamos el coche en el parking que hay justo enfrente del acueducto (situado en la Avenida Padre Claret). Mejor imposible.
El recorrido que hicimos en Segovia fue algo parecido a lo siguiente:
Salimos del parking y lo primero que vimos fue lo siguiente:
Por fin, tras unos cuantos años, teníamos ante nosotros una imagen muy esperada.
Lo primero que hicimos fue acercarnos para verlo de cerca, tocar las piedras y sentir esa energía de un monumento que lleva en pie más de 1800 años. Casi nada.
La primera sorpresa nos la llevamos cuando nos ponemos debajo del acueducto y miramos hacia los lados. Resulta, que el acueducto es mucho más largo de lo que pensábamos, y no sólo se reduce al trozo más conocido (situado en la Plaza del Azoguejo) y que sale en todas las fotos. Así que allí que echamos a andar para ver el principio y recorrerlo desde su inicio hasta el final.
Comenzamos a andar a lo largo del acueducto llegando hasta la Casa de Aguas de la que os hablaba anteriormente. Es un paseo muy agradable en el que puedes ver los detalles de la construcción del acueducto.
Desde ahí, volvimos a desandar el camino para volver a la zona más vistosa del acueducto y deleitarnos con su perfección. Es un monumento que nunca te cansas de admirar ya que estás viendo con tus propios ojos algo que tiene 18 siglos de historia. A nosotros nos parece fascinante.
Estuvimos tanto tiempo fotografiando y admirando el acueducto, que se nos hizo la hora de comer sin darnos cuenta. Al estar en Segovia, obviamente teníamos que probar el famoso cochinillo. Nos habían recomendado reservar sitio ya que al ser Semana Santa iba a estar todo lleno de gente.
Lo bueno de tener un blog de viajes, es que conoces a mucha gente dispuesta a ayudarte en lo que sea. Aquí tengo que mencionar a nuestra amiga Alicia del blog Trotajoches, que nos recomendó un restaurante pegado al acueducto. El restaurante se llama Casares, y tenemos que decir que fue una recomendación acertadísima ya que estaba todo exquisito. Por supuesto probamos el tan afamado cochinillo regado con un buen vino.
Tras la exquisita comida, proseguimos con nuestra ruta para llegar a la Plaza Mayor en donde se encuentra la Catedral. Desde el acueducto, subimos por la calle Cervantes en la que nos encontramos un curioso edificio, la Casa de los Picos. Se trata de un edificio del siglo XV, mandado construir por Pedro López de Ayala. Más tarde, el edificio fue traspasado a Juan de la Hoz, que mandó recubrir la fachada con 617 picos de granito para evitar ser confundida con la residencia de algún judío.
En nuestro camino a la Catedral, atravesamos el que otrora fuera barrio judío de la ciudad.
Es un barrio muy bonito, con una serie de callejuelas estrechas y en las que se respira ese ambiente tan especial de este tipo de barrios.
Tras un agradable paseo por las callejuelas del barrio judío, llegamos por fin al que era nuestro destino, la Catedral.
Tenemos que decir que por fuera es una de las catedrales más bonitas que hemos visto nunca. Está formada por un montón de pináculos y gárgolas que le dan un aspecto sumamente interesante.
Antes de intentar entrar en la catedral, estuvimos dando una vuelta por la Plaza Mayor, que a esas horas rebosaba de gente. Esta plaza es un lugar con mucha historia, ya que fue aquí donde la reina Isabel la Católica fue proclamada Reina de Castilla allá por el año 1474. Como buena Plaza Mayor, también fue el escenario de numerosos mercados en los que se podía encontrar prácticamente cualquier cosa.
Tras las fotografías de rigor y un agradable paseo por la plaza llegaba la hora de entrar a la Catedral. Pero hubo un problema. No tuvimos en cuenta que era Viernes Santo, y cuando quisimos entrar, no pudimos hacerlo debido a que numerosos pasos religiosos se congregaban en la puerta y era prácticamente imposible entrar a ver la Catedral con tanto gentío. Así que tuvimos que conformarnos con verla por fuera.
Tras admirar la bella catedral, pusimos rumbo al que, junto con el acueducto, es el gran símbolo de la ciudad, el Alcázar de Segovia.
Para llegar desde la Catedral, simplemente hay que seguir la calle que sale desde la Catedral y que se aleja de la Plaza Mayor (Calle Marqués del Arco).
La calle, vuelve a ser una calle estrecha (típica de la judería) y con mucho encanto.
Tras un pequeño paseo, llegamos a las inmediaciones del Alcázar. Lo primero con lo que nos encontramos, fue con la Plaza de la Reina Victoria Eugenia. Os recomiendo que, nada más entrar a esta plaza ajardinada, os situéis en su margen izquierdo para tener una de las mejores vistas de la ciudad. Una zona muy fotogénica.
Lo primero que hicimos fue comprar nuestras entradas para. El edificio de venta de entradas está situado en la Plaza de la Reina Victoria Eugenia (entrando a dicha plaza, a mano izquierda). Optamos sólo por visitar el Alcázar y el Museo. Aunque nos habría gustado subir también a la torre, pero son demasiados escalones para ir con dos niños tan pequeños como los nuestros.
Nada más comprar nuestras entradas, nos dispusimos a visitar por fin el espectacular Alcázar. Lo primero que te encuentras es la espectacular Torre de Juan II. Imponente.
La entrada al Alcázar no puede ser más espectacular, ya que entras por una especie de puente colgante sobre un foso. Al más estilo castillo medieval.
Nada más entrar, lo hicimos a través de un bonito Patio, llamado Patio de Armas. Este patio es el centro neurálgico de la fortaleza, en donde tenían lugar los espectáculos y celebraciones.
Después entramos a la Sala del Palacio Viejo. En esta sala, lo que más nos llamó la atención, fue la colección de armaduras antiguas entre las que se pueden ver incluso un par de armaduras para caballos. Preciosas. Como curiosidad, en esta sala veréis una serie de ventanas que no dan a la calle, sino a otra sala contigua. La razón es muy sencilla. El llamado Palacio Viejo, tenía su fachada externa en esta sala de las armaduras. Posteriormente, el alcázar se amplió y se construyó una sala al lado de la sala de las armaduras por lo que las ventanas quedaron en el interior.
En esa foto podéis ver las armaduras de los caballos, y en segundo plano, las ventanas de las que os hablo. Tras pasar por la Sala de la Chimenea, que no nos apasionó en exceso, llegamos a la Sala del Trono. Es fácil adivinar cuál era el cometido de esta sala, ¿verdad? Efectivamente, se trata de la sala en la que los reyes tenían sus respectivos tronos.
De esta sala, aparte de los tronos, lo que más nos impactó fue el precioso techo que decora la estancia. Una auténtica obra de arte.
La siguiente sala que más gustó fue la conocida como Sala de la Galera, llamada así por el techo en forma de casco de barco invertido. De esta sala, lo más impresionante y espectacular es el techo de la misma. Esta es la sala contigua a la Sala del Palacio Viejo de la que os hablábamos antes.
Continuando con nuestro avance a través de las entrañas del Alcázar, fuimos a parar a la que, para mí, es la sala más bonita de todas, la Sala de los Reyes. Fue mandada construir por Felipe II. El monarca quiso representar mediante figuras, todos los reyes que hasta ese momento habían mandado en España. De esta manera, se pueden observar figuras de unos 40cm de alto con todos los reyes existentes hasta la época de Felipe II.
Tras recorrer unas cuantas salas más, salimos a un patio exterior desde el que se obtienen unas preciosas vistas de los alrededores y de la torre frontal del Alcázar.
Aunque hacía frío y viento, allá que salimos nosotros y la verdad es que mereció la pena ya que las vistas son realmente bonitas.
Con estas vistas dábamos por finalizada nuestra visita al Alcázar. Aunque antes de volver a nuestro alojamiento, yo (Oscar) tenía un pequeño sueño por cumplir.
Cuando era pequeño, me regalaron un puzzle en el que salía la imagen del Alcázar de Segovia. Recuerdo perfectamente que era un puzzle de 3000 piezas que hice varias veces porque me encantaba. Mi sueño, era tomar una fotografía con la misma perspectiva que la de mi puzzle. Así que nos fuimos en coche al conocido como Mirador del Alcázar y tomé la tan ansiada fotografía.
Ahora sí, con mi pequeño sueño cumplido y puesto que cada vez hacía más frío (de hecho nos nevó por el camino) nos retiramos a nuestro alojamiento con nuestra mente puesta ya en el siguiente día.
8 Comments
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fmk7s8
LovingArgentina
Que linda Segovia! Fui hace años y leyendo tu post me di cuenta la facilidad con la que uno olvida, solo tengo fresco el recuerdo de la visita al Alcazar. Me encanto la foto con la perspectiva del puzle!
En busca del grna viaje
Segovia es una ciudad increíble, sin duda una de las que más nos gustaron el año pasado!! Y el Alcazar es precioso, nosotros alucinamos; parecía que estábamos en un cuento de hadas.
Marta (Viajando entre rascacielos)
Adoro Segovia!! He estado varias veces y la espinita que me queda pendiente es que aún no conozco el Alcázar por dentro!!! Así que ya tengo una excusa para volver y también que mi peque lo conozca!!! Muy buen post!!!
Rafa (lamismacantinela)
Espectacular como siempre Óscar!! Sin duda Segovia debe estar siempre entre las primeras ciudades obligadas para todo viajero. Yo me fui de allí sin tomar la foto desde el mirador del Alcázar (entonces no sabía que existía ese mirador) así que tengo que volver!!
Mari Carmen
¡¡¡Segovia nos encanta!!! Y se come de bien!! Hace ya varios años que no vamos, y la peque no la conoce, así que a ver si organizamos pronto una excursión con ella.
Por cierto, qué bueno lo de poder hacer la foto del puzzle!! jijii
Alicia de Trotajoches.
Gracias por la mención Oscar!!! Me encanta Segovia, he ido desde pequeña y nunca me canso de pasear por sus calles y recorrer todos sus monumentos. Ahora vosotros también habéis quedado atrapados por el encanto de Segovia y estoy segura que algún día volveréis.
Por cierto, me alegro que hayas podido cumplir tu sueño de niño y fotografiar aquel puzzle que te regalaron.
latitude
Qué mínimo que nombrarte en el artículo!! La verdad es que Segovia nos ecantó. Es una pasada de ciudad!!!