Preciosa estampa de Saint-Jean-Pied-de-Port
España

Roncesvalles y Saint-Jean-Pied-de-Port – Día 6

Una visita al inicio del Camino de Santiago

Hoy nos zambullíamos en los orígenes de una de las mejores rutas a pie que se pueden hacer en todo el mundo. Un camino en donde el fervor, la pasión, la fe y la hospitalidad mezclan sus caminos. Un camino en donde los peregrinos son los auténticos protagonistas. Un camino de todos. Hablamos por supuesto del Camino de Santiago.

¿Os venís con nosotros a conocer los orígenes de esta ruta? Comenzamos!!!

Nuestro despertador volvía a sonar incansable como cada día. Teníamos por delante una hora de coche desde nuestro precioso hotel. A partir de este día, comenzamos a percibir ese color verde que se presupone al Norte de España. Y decimos esto porque hasta ahora, no habíamos visto unos paisajes muy diferentes a los que estamos acostumbrados los que vivimos al Sur. ¡¡¡Incluso habíamos estado en un desierto!!! Pero hoy todo cambiaba.  Hoy nos adentrábamos en caminos en los que los árboles son los grandes protagonistas.

Vistas desde Roncesvalles

A las 11:30 aproximadamente, estábamos ya en Roncesvalles. Aunque el pueblo es muy pequeño, se pone hasta los topes de coches y de gente por lo que podéis tener problemas para dejar el coche. Si vais en sentido España-Francia, nada más entrar a la localidad, a mano derecha tenéis un aparcamiento gratuito en el que, con un poco de suerte, encontraréis sitio (como fue nuestro caso). Al ser una localidad pequeña, la gente no está durante mucho tiempo, por lo que el flujo de coches es alto y hay mucho movimiento en el parking.

Tras dejar nuestro coche, la Real Colegiata de Roncesvalles nos daba la bienvenida.

Colegiata de Roncesvalles

Real Colegiata de Santa María de Roncesvalles

Se construyó a inicios del siglo XIII por orden de Sancho VII «El Fuerte», cuyos restos mortales descansan en la sala capitular juntos con los de su mujer, doña Clemencia de Toulouse. El templo, a punto estuvo de desaparecer debido a 3 devastadores incendios, pero a raíz del último incendio que tuvo lugar en el año 1626, se llevó a cabo su reconstrucción.

Interior de la Colegiata de Roncesvalles

Durante la restauración, se taparon los elementos góticos originales, situando en su lugar elementos barrocos excepto en el presbiterio en el que se conservaron los elementos góticos.

Podemos dividir el conjunto arquitectónico en 3 partes: la Iglesia, el Hospital y la Abadía.

Actualmente, para los peregrinos que pasen por Roncesvalles, existe una posada que les da cobijo en un marco natural incomparable.

Albergue de Roncesvalles

Empezamos a dar una vuelta por el pueblo y enseguida nos impregnamos con ese aroma que destila una de las paradas imprescindibles del Camino de Santiago Francés. Los peregrinos iban y venían de todas partes. Ataviados con sus bicis o con sus bastones/bordones de senderismo, todos hacían un pequeño descanso en alguno de los bares que pueblan la pequeña localidad.

Desde aquí parte el Camino a Santiago de Compostela

Más allá de la bonita colegiata, nos encantó el aspecto medieval de la pequeña Iglesia de Santiago. Esta iglesia data del siglo XIII, aunque fue restaurada en el siglo XX de la mano de Florencio Ansoleaga que incorporó la campana que había antiguamente en la Capilla de San Salvador.

Fachada exterior de la Iglesia de San Salvador

De igual manera, también nos gustó mucho el aspecto del Silo de Carlomagno

Silo de Carlomagno

También llamada Capilla de Sancti Spiritus, consta de un edificio románico del siglo XII. Tiene planta cuadrada y una bóveda sobre arcos.

Fachada exterior del Silo de Carlomagno

Según la tradición, en este lugar se encuentra la tumba de los doce pares que murieron con Roldan en la battala de Roncesvalles. Aunque esta tradición no tiene ningún fundamente, es cierto que en este silo se encuentra un cementerio y osario de monjes y peregrinos que murieron en esta zona.

Este edificio es el más antiguo de los existentes en Roncesvalles.

Nos encantó ver el ambiente de hospitalidad y compañerismo que puebla entre los peregrinos. Todos ellos iban desplegando sus mapas en las mesas y preguntaban a otros compañeros cuál era la mejor ruta u otros aspectos técnicos.

Cómo visitar los enclaves de Roncesvalles

Se puede realizar una visita guiada que incluya el Claustro, la Sala Capitular con la tumba del rey Sancho VII, el Museo, la  Iglesia de Santiago y el Silo de Carlomagno.

Si optáis por una visita individual, podréis ver el claustro y la sala capitular.

El precio para el público general es de 5€. Para los menores de 6 años, la entrada es gratuita, y para los niños de 6 a 12 años la entrada cuesta 2.5€ (Octubre 2017).

Si queréis realizar la reserva previa de la visita, podéis poneros en contacto con la empresa organizadora Auria Orreaga vía email ( auriaorreaga@gmail.com) o vía telefónica (948790480).

Podéis ampliar la información en la web de Turismo de Navarra.

Como era la hora de comer de los peques, nos sentamos en una terraza de un bar mientras los peques llenaban sus estómagos y nosotros llenábamos nuestras almas.

Por un momento, nos dieron ganas de dejarlo todo y comenzar con esta mítica andadura. Sin duda Laura y yo salimos encantados con el ambiente que se vive en Roncesvalles, y somos conscientes que tarde o temprano haremos nuestro particular Camino de Santiago.

Con Daniel y Hugo, ahora sí satisfechos, volvimos al coche camino de nuestro siguiente destino: Saint-Jean-Pied-de-Port.

Debemos reconocer que nunca habíamos oído hablar de este pueblo. Fue un amigo mío (gracias Alberto!!!) el que me recomendó la visita a esta preciosa localidad. Buscamos información y fotos en internet, y quedamos enamorados a la primera de cambio. Además, apenas hay media hora en coche desde Roncesvalles por lo que no hubo ninguna duda en cuanto a visitar este enclave ya en suelo francés.

Apenas 5 minutos tras haber abandonado Roncesvalles, no tuvimos más remedio que hacer una parada en un mirador que vimos al lado de la carretera. Es el mirador del Alto de Ibañeta. Evidentemente no conocemos todos los miradores de la zona, pero podemos decir que muy buenas vistas se deben obtener desde el resto de miradores para superar en belleza al de Ibañeta, en el que nos encontrábamos.

Un peregrino retoma fuerzas con unas envidiables vistas

Como podéis ver en la foto, existen un par de mesas ideales para hacer un picnic con unas vistas envidiables. Además, aquí se sitúa la Iglesia de San Salvador, de donde salió la campana de la que hablábamos antes, que hoy en día reina en la Iglesia de Santiago en Roncesvalles.

Fachada exterior de la Iglesia de San Salvador

Con estas vistas impregnadas en nuestras retinas, volvíamos al coche para llegar a Saint-Jean-Pied-de-Port.

Conforme nos íbamos acercando a la localidad, vimos que habían muchísimos coches hasta el punto de haber atasco para entrar al pueblo. Habíamos leído que es un pueblo bastante turístico, pero no creíamos que iba a ser para tanto. Justo antes  de entrar al pueblo (antes de atravesar una puerta en la muralla de acceso), vimos un parking gratuito a mano derecha. Afortunadamente no tardamos nada en aparcar (es un parking bastante amplio). Eran ya casi las 3 de la tarde por lo que paramos a comer en el primer bar que encontramos (no queríamos adentrarnos más en el pueblo debido a la gran afluencia de gente que había). La verdad es que el bar no nos gustó demasiado (es el que se ve en la foto de abajo) ya que ni había carta ni había donde elegir, y además no hablaban ni inglés ni español (lo cuál me resultó muy extraño al hacer frontera con España y ser un pueblo tan turístico).

Entrada a Saint-Jean-Pied-de-Port

Con los estómagos al completo, nos encaminamos al centro del pueblo a ver cuál era la razón de tanta afluencia de personas.

No tardamos mucho en darnos cuenta de la razón….el pueblo estaba en fiestas!!!! Imaginaros un pueblo turístico que ya de por sí es bastante visitado. Ahora sumadle que el pueblo está en fiestas….ya os podréis imaginar la gente que había.

Gente disfrutando de las fiestas de Saint-Jean-Pied-de-Port

Aún así, Saint-Jean-Pied-de-Port es un pueblo que merece mucho la pena. Nada más entrar al pueblo ya intuíamos que lo íbamos a ver allí nos iba a encantar.

Las casas encaladas con sus entramados y balcones de madera asomadas al río, nos daban la bienvenida. Simplemente, por poder admirar estas increíbles vistas, ya merecía la pena el viaje.

Preciosa estampa de Saint-Jean-Pied-de-Port

Nos dejamos perder por las calles de Saint-Jean que discurren a lo largo del río. En nuestro camino, íbamos atravesando puertas medievales construidas totalmente de piedra.

Puerta de entrada a la ciudad

En un momento dado, vimos la oportunidad de caminar junto al río y alejarnos un poco del gentío que poblaba la ciudad. No nos lo pensamos dos veces y comenzamos a andar hacia las afueras de la ciudad paralelos al río. El paseo es muy agradable y Daniel se lo pasó en grande corriendo como si no hubiera un mañana.

Paseando junto al río

Como veis en la foto de arriba, el día estaba ideal para un baño en el río. Vimos a algún valiente pegándose un baño… y decimos «valiente» porque tocamos el agua y casi la perdemos de lo fría que estaba!!! Definitivamente nosotros somos gente de otras latitudes jajaja.

Cuando el Sol empezaba a picar demasiado (en el camino no había ninguna sombra) dimos marcha atrás para seguir descubriendo la ciudad.

En esta ocasión nos decantamos por recorrer la Rue de la Citadelle, o lo que es lo mismo, la calle más concurrida de Saint-Jean.

Rue de la Citadelle

La calle es muy bonita. Estrecha y empinada, tiene multitud de ofertas gastronómicas en las que pararse a degustar los productos de la zona. Además, también tiene varias hospederías para dar descanso a los valientes peregrinos.

¿Sabías que….?

Saint-Jean-Pied-de-Port es la localidad de la que parte el Camino de Santiago francés. Este camino está compuesto de 31 etapas (si lo haces a pie) de entre 20 y 30 kilómetros cada una. En este enlace podéis ver con detalle las etapas así como los albergues que hay en cada una de ellas.

Seguimos por la calle hasta el final, en donde nos encontramos con la Puerta de Saint Jacques. Esta es una de las puertas de entrada a la ciudad. Tal ha sido su importancia a lo largo de los siglos, que la Unesco la ha incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad. Y es que por debajo de su arco han pasado miles y miles de peregrinos, cada uno con su propia historia.

Puerta de Saint Jacque

Con esta visita dábamos por cerrado el día. Un día en el que nos zambullimos de lleno en uno de los pueblos con más historia del Camino, Roncesvalles. Un día en el que nos adentramos en Francia para conocer un pueblecito con mucho encanto, Saint-Jean-Pied-de-Port. Un día en el que nos sentimos peregrinos. Un día en el que descubrimos el Camino de Santiago.

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