Exterior de la Catedral de San Vito
República Checa

Visita al Castillo de Praga – Día 7

Un castillo diferente a los demás

Cuando uno piensa en un castillo, la primera imagen que le viene a la mente es la de la típica fortaleza con torreones pensado para defender una ciudad o un emplazamiento como El Castillo del Rey Loco, que viéramos en nuestro viaje navideño por el sur de Alemania y los Alpes austríacos. Pero de lo que estamos seguro es que a poca gente le vendrá una imagen parecida al Castillo de Praga.

Y es que, más que un castillo al uso, el Castillo de Praga es un conjunto de palacios y edificios conectados por plazas y preciosas calles

Castillo de Praga

Fue construido en el siglo IX. Desde entonces ha sido residencia de los Reyes de Bohemia, de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, de los presidentes de Checoslovaquia y del Presidente de la República Checa.

Sus dimensiones lo han convertido en el castillo antiguo más antiguo del mundo.

Vistas de la Catedral de San Vito desde Stare Mesto

Como hemos dicho, es un conjunto de edificios y calles entre las que destacan los siguientes:

  • Catedral de San Vito
  • Callejón del Oro
  • Palacio Real
  • Convento de San Jorge
  • Torres Daliborka, Negra, Blanca y de la Pólvora

En 1962 tuvo el grandísimo honor de ser declarado como el patrimonio cultural nacional número 1 de la República Checa, o lo que es lo mismo, el edificio más importante de todo el país.

En el siguiente mapa, podéis haceros una idea de todos los lugares a visitar en el castillo.

Mapa del Castillo de Praga

El día comenzó temprano ya que el recinto del castillo es muy amplio y queríamos aprovechar el día al máximo. Así que tras un pequeño madrugón y nuestro correspondiente desayuno, bien temprano ya estábamos en la calle camino de nuestro nuevo destino. Para ir de nuestro hotel al castillo, obligatoriamente teníamos que cruzar el río Moldava. Aunque existen numerosos puentes que lo cruzan, obviamente queríamos volver a pisar el precioso Puente de Carlos que viésemos el día anterior. Además a estas horas había mucha menos gente que el día anterior.

Tras cruzar el puente, llegábamos al barrio de Malá Strana por el que la empinada calle Mostecká nos daba la bienvenida.

Llegados a la altura de la Iglesia de San Nicolás (no confundir con la iglesia del mismo nombre que se encuentra en la Plaza del Ayuntamiento) giramos a mano derecha y luego a mano izquierda para subir por la calle Nerudova donde al final de esta se encontraba nuestra recompensa.

Calle que sube al Castillo de Praga

Tras una buena caminata, por fin se desplegaba ante nosotros toda la magia del Castillo. Lo primero con lo que nos encontramos fue con el Antiguo Palacio Real.

Palacio Real

Construido sobre los restos del palacio románico de Sobeslav, fue la sede de los reyes checos hasta el siglo XVI. De entre todas las salas que componen el palacio, sin duda, la más importante es la sala de Vladislav. Y es que esta sala es el espacio románico laico más grande de toda la Praga medieval.

Salón de Vladislao

Foto obtenida de Flickr

Los eventos más importante de la ciudad siempre han tenido lugar aquí: bailes, torneos, ceremonias de coronación, etc. Actualmente es la sede de las elecciones presidenciales y otros eventos de gran calado social.

Había gente amontonada por todos sitios y no entendíamos muy bien por qué, hasta que una música que empezamos a escuchar nos dio la solución. Resulta que habíamos llegado a la hora exacta en la que se realiza el cambio de guardia (11 de la mañana).

Cambio de guardia en el Palacio Real

La ceremonia no es tan espectacular como aquella que viéramos en Londres pero está curiosa de ver.

En cuanto finalizó, pasamos al interior del recinto dispuestos a comprar nuestros dos tickets para visitar el castillo.

Tickets y horarios para visitar el Castillo de Praga

Lo primero que os recomendamos es que tengáis claro lo que queréis visitar ya que, en función de vuestras preferencias, tenéis disponible hasta ocho tipos de tickets que combinan diversos edificios.

De esos 8 tickets, los más demandados son los conocidos como Circuito A y Circuito B.

  • Circuito A: Incluye la Catedral de San Vito, el Palacio Real, la exhibición «Historia del Castillo de Praga, la Basílica de San Jorge, el Callejón del Oro, la Torre Daliborka, la Torre de la Pólvora y el Palacio Rosenberg. Su precio general es de unos 13.5€ (Julio 2017), el reducido (al que optan los menores de entre 6-16 años, los estudiantes hasta los 26 años y las personas mayores de 65 años) cuesta 6.5€ (Julio 2017) y el ticket familiar (en el que están incluidos dos adultos y hasta cinco niños menores de 16 años ) cuesta 27€ (Julio 2017).
  • Circuito B: Incluye la Catedral de San Vito, el Palacio Real, el Callejón del Oro y la Torre Daliborka. Su precio general es de unos 9.6€ (Julio 2017), el ticket reducido cuesta 4.8€ (Julio 2017) y el ticket familiar tiene un precio de unos 19.2€ (Julio 2017).

Como digo, existen hasta 8 tipos de entradas diferentes, podéis consultarlas todas en la web oficial.

En cuanto a los horarios, tenemos lo siguiente:

  • Del 1 de Abril al 31 de Octubre el castillo abre de 06:00 a 22:00, aunque los edificios abren de 09:00 a 17:00.
  • Del 1 de Noviembre al 31 de Marzo el castillo mantiene el mismo horario (de 06:00 a 22:00) pero los edificios abren de 09:00 a 16:00.

Para una información más detallada de los horarios visitad nuevamente la web oficial.

Nosotros optamos por el Circuito B ya que incluía todo lo que queríamos ver. Lo primero que visitamos fue el Palacio Real con el espectacular salón de Vladislav al frente. Una sucesión de salas y salones se iban desplegando ante nosotros indicando que esta gente no vivía nada mal…

Tras un pequeño paseo  por el Palacio, nuestro siguiente destino sería la Catedral de San Vito.

Catedral de San Vito

Su construcción comenzó en el año 1344 por orden de Juan de Luxemburgo. Varios hechos provocaron que su finalización se demorase hasta el año 1929, año en el que la Catedral fue abierta por fin al público seis siglos después. La Catedral destaca por ser el lugar de coronación de los reyes de Bohemia, ser el lugar que alberga las Joyas de la Corona y ser el lugar en el que se encuentran los restos del rey Wenceslao IV.

¿Os suena de algo el santo al que está dedicado la Catedral? ¿Quién no ha escuchado alguna vez aquello de «El baile de San Vito»? Pues efectivamente, esa expresión alude a este santo que fue invocado en numerosas ocasiones contra los espasmos que provocaban las enfermedades de Huntington y Sydenham.

Recuerdo perfectamente la primera palabra que salió de mi boca cuando vi su fachada: «Preciosa».

Fachada principal de la Catedral

Y es que cuando uno se encuentra ante la fachada principal (la cuál está encajonada justo a la espalda del Palacio), esa es la primera palabra que le viene a la mente. Pero no hay que quedarse sólo con esta imagen de la Catedral, el resto del edificio es igualmente impresionante.

Exterior de la Catedral de San Vito

La primera imagen que tuvimos al entrar a la Catedral fue la de la espectacular nave central con sus altos pilares góticos. También nos sorprendió de igual manera los numerosos rosetones y las numerosas vidrieras de vivos colores que pueblan las paredes de la Catedral.

Interior de la CatedralVidrieras de la Catedral

 

 

 

 

 

 

 

Vidrieras de la Catedral

Vidrieras de la Catedral

Tras visitarla a fondo, podemos decir que es una de las catedrales más bonitas que hemos visto nunca, y eso que conocemos unas cuantas ya!!

Con la visita realizada, tocaba el turno de la que, probablemente, sea la calle más bonita de la ciudad: el Callejón del Oro.

Callejón del Oro

Contrariamente a lo que su nombre pueda indicar, no se trata de ninguna calle esculpida con tal bello material (aunque no estaría nada mal jeje). Su nombre proviene debido a los orfebres que poblaron dicha calle allá por el siglo XVII.

Aunque debe su nombre al gremio de los orfebres, el Callejón del Oro fue inicialmente pensado para dar alojamiento a los 24 guardianes del Castillo en el siglo XVI. Un siglo después, fue cuando los orfebres hicieron de estas casas su pequeño asentamiento.

Callejón del Oro

En el siglo XIX, las casas fueron habitadas por mendigos y delincuentes entrando estas en una total decadencia. En el siglo XX, el Gobierno de la ciudad desalojó la calle pasando a ser habitadas por artesanos y tiendas de todo tipo, aunque son las tiendas de marionetas las que hacen las delicias de los turistas.

Cuando comenzamos nuestra andadura por esta calle de bonito nombre, debemos reconocer que nos enamoró desde el primer instante. Una sucesión de diminutas casitas de vivos colores, hacían las delicias de los turistas que allí nos agolpábamos intentando obtener la mejor fotografía de la calle. Empezamos a recorrerla muy lentamente, entrando a todas las casas. Sin ninguna duda, las que más nos llamaron la atención fueron las tiendas que se dedicaban a vender marionetas.

Escaparate de una tienda del Callejón del Oro

De entre todas las casas, hay dos que sobresalen sobre el resto:

  • Número 22. Esta casa, aunque no es la más bonita de la calle, destaca porque entre sus cuatro paredes vivió entre 1916 y 1917 un tal…Franz Kafka, uno de los escritores más influyentes del siglo XX.

Laura posando en el Callejón del Oro

  • Número 19. Para nosotros, sin ninguna duda, se trata de la casa más bonita de la calle. Pintada de un llamativo color azul, es una diminuta casa que cuenta hasta con su diminuto «jardín» y su diminuta buhardilla. La verdad es que nos pareció preciosa.

Laura posando en el Callejón del Oro

Os recomiendo pasear tranquilamente por la calle y entrar en todas las tiendas ya que todas ellas tienen algo que ofrecer.

Al final de la calle, pasábamos de la alegría de los colores de la calle, a la tristeza que imprime la Torre Daliborka.

Torre Daliborka

Mandada construir por el rey Vladislav II en el año 1483. Estuvo pensada como parte de la fortaleza que rodeaba el castillo, aunque para desdicha de sus «habitantes» pronto se convirtió en mazmorra. El nombre proviene de su primer preso, Dalibor de Kozojedy. Según la leyenda local, el joven Dalibor fue encarcelado por ocultar a siervos rebeldes, lo que le valió la pena de muerte. La leyenda continúa diciendo que, Dalibor, pidió un violín y aprendió a tocarlo mientras esperaba su muerte. Su buen hacer en el arte de la música hizo que la gente de los alrededores se acercara a la torre para escuchar sus melodías y darle de comer.

Tan famoso se hizo Dalibor, que las autoridades temían publicar la fecha de su ejecución para evitar revueltas. Simplemente, un día el violín no se volvió a escuchar más.

Este leyenda sirvió como base de la Ópera Dalibor compuesta por el compositor checo Smetana.

Actualmente, en la Torre Daliborka podemos ver todo tipo de utensilios utilizados para la tortura. ¿Qué sería de nosotros si todo ese derroche de imaginación se hubiese usado en buscar el bienestar y no en destruirlo?

Elementos de tortura de la Torre Daliborka

Tras salir con los pelos de punta de la torre, dábamos por concluida nuestra visita al espectacular Castillo. Nuestro siguiente objetivo se encontraba en el monte Petrin, donde subiríamos a la Torre Petrin .

El monte Petrin es, probablemente, el mirador más famoso de Praga. Por su cercanía al Castillo de Praga, resulta una visita muy recomendable el mismo día que visitéis el Castillo, tal y cómo hiciéramos nosotros. Su altura, de casi 140 metros, hacen de este monte el lugar idóneo para ver la ciudad desde las alturas. Si, por el contrario decidís ir directamente desde Mala Strana sin pasar por el Castillo, debéis saber que existe un funicular que parte de la calle Újezd. El horario de funcionamiento de este funicular es de 09:00 a 23:30. La duración del trayecto es de unos 4 minutos y su tarifa general es de 1.25€ (Julio 2017). Si queréis ampliar la información de dicho funicular, podéis hacerlo desde esta web.

Desde el Castillo a la Torre Petrin, el paseo es muy agradable a lo largo de un sendero que serpentea árboles frutales.

De camino a la torre, os encontraréis con el Laberinto de los Espejos. El exterior del edificio parece un castillo en miniatura pero una vez que os adentráis, los muros de piedra dejan paso a muros de cristal que harán las delicias de los más pequeños (y de los no tan pequeños) de la casa.

Especialmente si vais con niños, es una visita que deberéis hacer casi obligatoriamente. Cuando uno viaja con niños, hay que planificar los viajes teniendo en cuenta que viajáis con ellos, y hay que incluir destinos y puntos de interés que les resulten atractivos, y este en Praga, es uno de ellos. La tarifa general es de 3.5€. En este enlace tenéis todos los precios y horarios disponibles.

Una vez que entramos dentro del laberinto, disfrutamos como niños echándonos fotos en todos los tipos de espejos. Espejos que nos convierten en enanos, en personas muy delgadas o muy gordas, con las piernas muy largas,….Sólo hay que olvidarse de ser tímido y aprender a reirse de uno mismo.

Divirtiéndonos de lo lindo en el Laberinto de los Espejos

Disfrutando como enanos en el Laberinto de los Espejos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Tras pasar un rato divertido, salimos al exterior buscando la famosa Torre Petrin. Apenas 20 metros separan la torre del laberinto.

A primera vista, resulta inevitable comparar la Torre Petrin con la Torre Eiffel aunque cuando uno se va acercando poco a poco, se da cuenta de que realmente no se parecen tanto.

Torre Petrin vista desde el Castillo de Praga

La planta superior de la torre, que se encuentra a 51 metros de altura, está a su vez a 200 metros de altura sobre el río Moldava lo que hace que desde aquí se obtengan las mejores vistas de Praga. El precio de la entrada general es de unos 5.8€ (Julio 2017). Desde Abril a Septiembre, la torre se encuentra abierta desde las 10:00 a las 22:00. En este enlace podéis consultar todos los horarios y todos los precios disponibles.

Para subir a la planta superior tenéis la opción de subir por una escalera o por ascensor. Nosotros, que somos muy valientes, optamos por subir por las escaleras…aunque tuvimos que hacer una parada a mitad de subida.

Una parada a mitad de ascenso

Una vez arriba, el esfuerzo merece totalmente la pena ya que las vistas, tal y cómo leímos en nuestra guía, son las mejores de la ciudad.

Desde aquí podremos ver, entre otras cosas, unas impresionantes vistas del Castillo de Praga con la Catedral de San Vito a la cabeza.

Catedral vista desde la torre de Petrin

Si giramos la cabeza apenas unos grados a la derecha, podremos ver las vistas más deseadas desde la torre: el Puente de Carlos con la Iglesia de Tyn al fondo. La pena es que el día estaba nublado e incluso estaba chispeando, pero aún así, el esfuerzo mereció la pena.

Vistas de Praga desde la Torre Petrin

La noche se nos echaba encima, así que comenzamos nuestro descenso buscando la calurosa acogida de la ciudad. De camino a Stare Mesto (Ciudad Vieja) queríamos ver con nuestros propios ojos una curiosidad que leímos en nuestra guía.

Y es que Praga se jacta de tener la calle más estrecha del mundo. La verdad es que no se sabe si es cierto, ya que varias ciudades se atribuyen tal récord. De lo que podemos dar fe es que realmente es muy estrecha.

Situada en la calle U Lužického semináře 24, es un pasadizo que une dicha calle con el restaurante Čertovka. Fijaos si es estrecha que dispone de un semáforo para regular el tránsito de peatones.

Un semáforo tiene que regular el paso

Tras esta curiosidad, era hora de volver a nuestro hotel para un merecido descanso. Antes, hicimos una pequeña parada para fotografiar nuestro querido Puente de Carlos por la noche. Una vista perfecta para despedir el día.

Bonitas vistas del Puente de Carlos desde Mala Strana

 

 

 

 

 

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