Recorriendo en coche el Condado de Donegal
Cuando nos decidimos por visitar Irlanda, teníamos claro que queríamos visitar sobre todo la increíble naturaleza que ofrece el país. Irlanda es un país para tomarlo a sorbos pequeñitos y descubrirlo condado a condado. Para ello nada mejor que recorrer el país en coche y dejarse llevar por esas pequeñas y serpenteantes carreteras que atraviesan increíbles paisajes donde las ovejas, los acantilados y los castillos son los auténticos protagonistas. Donegal es un condado de Irlanda que se presta a este tipo de viaje ya que combina a la perfección paisajes de vértigo, acantilados increíbles y preciosos castillos como para perderse en ellos durante varios días. Poneos cómodos y abrochaos el cinturón porque hoy nos vamos en coche a recorrer el espectacular condado de Donegal.
Navega directamente
Dónde está el Condado de Donegal
Vayamos por partes y situemos en el mapa donde se encuentra esta pequeña región de Irlanda.
*Foto obtenida de Wikipedia
Como vemos en el mapa, el condado de Donegal se encuentra en el extremo noroeste del país encajonado entre Irlanda del Norte y el embravecido océano Atlántico. Debido a su situación, el clima está muy influenciado por el mar, provocando unos veranos frescos y unos inviernos fríos y húmedos.
La capital del condado es la pequeña ciudad de Lifford, aunque como decimos, este es un condado para olvidarse de las ciudades y recorrer sus extensos y verdes paisajes.
Qué ver en el Condado de Donegal
Bueno, basta ya de palabrerías y vamos al grano que seguro que lo estáis deseando. Como decimos, se trata de un condado para descubrirlo sin prisas. Pero debido a que, en los viajes, tiempo es lo que no suele sobrar, veamos qué visitar en el condado de Donegal en un día.
Para verlo más visualmente, os dejo un mapa con los lugares que nosotros visitamos y que sin duda alguna os recomendamos:
Ahora que ya sabemos dónde están los enclaves más conocidos de Donegal, veamos en detalle por qué fueron los que elegimos nosotros para conocer de cerca este bello y a veces desconocido condado.
Castillo de Glenveagh
Se trata de un precioso castillo situado en el Parque Nacional Glenveagh. Dicho parque es uno de los seis parques nacionales que existen en Irlanda. Cuenta con unas 16000 hectáreas que inicialmente eran tierras latifundistas. Fue en el año 1975 cuando el gobierno irlandés compró dichas tierras para convertirlas en parque nacional.
Cómo llegar al castillo de Glenveagh
Como venimos diciendo a lo largo de los artículos de nuestro viaje a Irlanda, la mejor manera de moverse por Irlanda es haciendo uso del coche ya que hay increíbles lugares poco accesibles mediante transporte público. El castillo de Glenveagh es uno de esos lugares en los que el coche es a efectos prácticos la única manera de llegar.
Para llegar al castillo, tendréis que dejar el coche en el centro de visitantes, que está a unos 45-50 minutos andando del castillo en sí. Pero no es preocupéis, si no os apetece andar o vais con niños pequeños (como nosotros), desde el centro de visitantes sale un minibús cada pocos minutos que os dejará en pleno castillo.
Horarios y precios del Castillo de Glenveagh
Echando un vistazo a los horarios en la web oficial del Parque Nacional de Glenveagh veo que hay un mejunje curioso de horas. Lo mejor es que os deje el link donde aparecen los horarios y le echéis vosotros un vistazo.
En cuanto a los precios, el del minibús es de 3€ ida y vuelta, mientras que el tour por el castillo es de 7€ por adulto (gratis para menores de 6 años) y de 5€ para niños entre 6 y 18 años.
Además, es importante que sepáis que no es posible visitar el castillo por vuestra cuenta, por lo que tendréis que acogeros a un tour (en la propia entrada al castillo os informarán de cuando es el próximo tour disponible).
Tras un pequeño paseo de apenas 10 minutos en el minibús, llegamos a las puertas del castillo y, siguiendo nuestra habitual suerte, el tour acababa de comenzar por lo que teníamos que esperar al siguiente que comenzaba en una hora, así que decidimos no visitarlo ya que los peques estaban un poco “tontos” ese día. Sin embargo, aunque no visitéis el castillo, merece la pena igualmente acercarse a él ya que los alrededores son espectaculares.
Para empezar, en las espaldas del castillo tenéis unos preciosos jardines que merece la pena conocer. Una perfecta fusión de arte y naturaleza que contrasta a las mil maravillas con la montaña granítica que queda enfrente del castillo.
Los jardines fueron construidos en la década de 1880 siguiendo el estilo victoriano de la época y dicho layout se ha mantenido hasta la época haciendo que te transportes a esa época de caballeros con sombrero de copa y damas con sus pomposos vestidos.
Tras la visita de los jardines, nos fuimos al otro lado del castillo para ver de cerca el entorno del lago Beagh. El paseo desde los jardines hasta el lago no os llevará más de 3 minutos y se hace a través de un precioso sendero rodeado nuevamente de una espesa vegetación.
Justo entre el castillo y el lago existe una pequeña plaza ideal para relajarse y contemplar lo que se extiende ante nosotros. Además, el día de nuestra visita, el tiempo estaba nublado y una finísima lluvia caía sobre nosotros. Esto, a pesar de lo que pudiese parecer, añadía más magia al entorno ya que esta naturaleza es tal debido a las lluvias que caen incesantemente a lo largo de todo el año. Siempre hay que saber ver el punto bueno de las cosas.
Aunque estábamos muy cómodos allí, teníamos que seguir con el viaje y nuestro siguiente destino prometía. El paso de Glen Gesh Pass nos esperaba.
Glen Gesh Pass, una de las mejores carreteras del condado de Donegal…y de Irlanda
Aunque a lo largo de Irlanda hemos recorrido carreteras realmente bonitas, sin duda la de Glen Gesh Pass se lleva la palma y es sin duda una de las mejores cosas que hacer en el condado de Donegal.
Con unos 26 kilómetros de distancia, se trata de una carretera que se extiende desde la localidad de Ardara hasta la de Gleann Cholm Cille. Dicha carretera discurre por un increíble y bello valle rodeado de amenazantes montañas e inofensivas ovejas. El consejo que os doy es que la recorráis muy despacio por dos razones. La primera de ellas es que es una carretera estrecha que os puede poner en algún pequeño apuro si os encontráis un vehículo grande de frente (pero nada preocupante). La segunda razón es que estos 26 kilómetros hay que gastarlos muy poco a poco. Hay que saborearlos metro a metro y no perder detalle de todo lo que este pequeño paseo nos ofrece.
En nuestro caso, tardamos en torno a una hora en recorrer estos 26 kilómetros ya que paramos varias veces a deleitarnos con los increíbles paisajes que nos regala este tramo de carretera.
Una vez llegados a la pequeña Gleann Cholm Cille pusimos rumbo al que sería el último destino del día. Los escarpados acantilados de Slieve League.
Acantilados de Slieve League, el precipicio del condado de Donegal
Cuando uno viaja a Irlanda, lo primero que suele apuntar en letras de oro es la visita a los acantilados de Moher, que son probablemente los más conocidos del país. Sin embargo, en un país con costas tan escarpadas como las de Irlanda, no es de extrañar que existan numerosos acantilados igual de bonitos que los de Moher. Este es el caso de los desconocidos acantilados de Slieve League.
Con una altura de 601 metros, son unas 3 veces más altos que los de Moher (con 155 metros en su punto más alto) y uno de los más altos de toda Europa.
Cómo llegar a los acantilados de Slieve League
Nuevamente nos encontramos con que prácticamente, la única forma de llegar es mediante automóvil. Si vais desde la localidad de Gleann Cholm Cille (como así lo hicimos nosotros), apenas son 25 minutos en coche. Cuando estéis llegando a los acantilados, os encontraréis con una valla que corta la carretera. Esta valla solo está para evitar que se escapen las ovejas por lo que podéis abrirla y cuando paséis el coche, volverla a cerrar. Al lado de la valla, hay un pequeño parking donde podéis dejar el coche, pero desde este parking hasta los acantilados hay una buena caminata (algo menos de 2km con unas cuestas bastante empinadas) por lo que os recomiendo que sigáis hasta arriba del todo con el coche. Ya arriba os encontraréis con otro parking donde dejar el coche y disfrutar de las increíbles vistas.
Tras aparcar el coche en el parking superior, una intensa niebla nos dio la bienvenida. No debemos sorprendernos ya que este es el clima normal de esta zona. Además, para hacer más auténtica aún la visita, nada más subir comenzó a llover por lo que teníamos dos opciones, irnos sin ver nada o mojarnos, pero añadir a nuestras retinas la increíble vista de Slieve League. Obviamente, nos decantamos por esta última opción ya que no estábamos dispuestos a dejar pasar esta oportunidad.
Así que nos armamos de valor, bajamos del coche y ante nosotros se encontraban unos bellos (y esquivos) acantilados que se empeñaban en esconderse bajo el manto de niebla y de lluvia que caía sobre nuestras cabezas.
Desde el parking superior, apenas unos pocos metros nos separaban del lugar más fotogénico de los acantilados, el conocido como Bunglass Point. Desde este punto es desde podréis obtener las mejores fotos.
Si sois más aventureros (y si el tiempo os da una tregua), desde aquí salen distintos senderos que podréis recorrer y conocer así mucho mejor la zona. Aunque nos habría gustado recorrer alguno de ellos, el tiempo no nos dejó así que tuvimos que conformarnos simplemente con verlos desde el Bunglass Point.
Si queréis más información, os dejo la web de WildernessIreland (en inglés) donde podéis ampliar información.
Con esta visita terminaba un día perfecto en el que el lado más salvaje de Irlanda nos daba la bienvenida. Recordad, si buscáis naturaleza… ¡¡¡el condado de Donegal es vuestro gran aliado!!!
One Comment
Pingback: