Mejor vista de Valverde de los Arroyos
España

Conociendo los Pueblos Negros de Guadalajara

Una ruta en coche por unos paisajes de vértigo

Aunque el día anterior quedamos encantados con la visita a Segovia, realmente el motivo del viaje  que realizamos en Semana Santa era otro. Queríamos realizar una ruta que habíamos visto en algún que otro blog y de la cuál quedamos enamorados nada más comenzar a buscar información sobre la misma. Hablamos de una ruta por los conocidos como Pueblos Negros de Guadalajara.

Una ruta en el las espectaculares estampas, la gastronomía y el frío fueron los grandes protagonistas del día. ¿Queréis saber más? Pues seguid leyendo porque es una ruta digna de conocer.

El día amaneció frío…y nevado, lo cuál le daba un encanto mucho mayor a la ruta que íbamos a realizar ese día. Si los paisajes son preciosos (como vais a ver en las fotos), nevados lo son aún mucho más. Para Daniel y para Hugo, era la primera vez que veían la nieve. Sobre todo Daniel disfrutó de lo lindo jugando con ella. Y es que, ver a tus hijos disfrutar es uno de los mayores placeres de la vida.

Daniel disfrutando en la nieve

Aunque son varios los pueblos de interés, nosotros nos centramos en los que, quizás, son los más representativos de la zona: Umbralejo, Valverde de los Arroyos, Campillo de Ranas y Majaelrayo.

Esta fue la ruta que seguimos:

La duración total del trayecto en coche es de una hora y media aproximadamente. Pero al ir haciendo varias paradas se hace muy ameno. Además el entorno ayuda muchísimo.

El nombre de Pueblos Negros no tiene nada que ver con rituales satánicos ni nada por el estilo. No hay de qué asustarse!! La razón de denominar así a estos pueblos es debido al material con el que están construidos: pizarra. Y es que, en la cercana Sierra de Ayllón (con el pico Ocejón al frente), abunda este tipo de material, por lo que los habitantes decidieron construir sus casas con este abundante material de la zona.

Arquitectura de los pueblos negros

Cómo veis en el mapa, el primer pueblecito que visitamos fue Umbralejo. El camino desde nuestro hotel hasta Umbralejo nos dejó estampas realmente preciosas. Al haber nevado la noche anterior, el paisaje que se desplegaba ante nosotros era realmente bello. Por el camino, íbamos disfrutando enormemente de las pequeñas aldeas que se cruzaban en nuestro camino.

Una aldea cualquiera en nuestra ruta

Umbralejo, uno de los más bellos Pueblos Negros de Guadalajara

Sin duda se trata del pueblo más singular de todos y es que estamos hablando de un pueblo abandonado, y que sin embargo está en perfecto estado de conservación.

Umbralejo

Dos son las fechas importantes en la historia de este pueblo. En 1971, sus edificio fueron expropiados por el Instituto para la Conservación de la Naturaleza como consecuencia del abandono que había sufrido. En 1984, Umbralejo se integró en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados. Gracias a este programa, Umbralejo ha llegado hasta nuestros días en un excelente estado de conservación.

Es un pueblo que llegó a tener 42 casas en las que nunca hubo ni agua ni luz eléctrica. Eso, sumado a los crudos inviernos que pasaban, en los que quedaban aislados a causa de la nieve, hizo que, poco a poco, las personas fuesen emigrando a otros lugares con unas mejores condiciones de vida.

Teatro de Umbralejo

Al pueblo, no es posible acceder con coche, debéis dejarlo en un parking que hay como a 200 metros de la entrada a Umbralejo. En la siguiente foto, os muestro donde está exactamente el parking:

Parking de Umbralejo

Una vez que dejéis el coche allí, debéis tomar el camino que sale del mismo parking y, en apenas 200 metros llegaréis a la entrada de Umbralejo.

Horarios Umbralejo

Mucho ojo con esto. No es posible visitar el pueblo en el horario que queráis, ya que tiene un horario establecido para las visitas.

  • De Abril a Septiembre
    • De Lunes a Viernes, de 12:00 a 14:00 y de 18:00 a 20:00
    • Sábados, Domingos y festivos, de 12:00 a 20:00
  • De Octubre a Marzo
    • De Lunes a Viernes, de 12:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00
    • Sábados, Domingos y festivos, de 12:00 a 18:00

Tuvimos la suerte de recorrerlo totalmente en solitario ya que justo cuando nosotros llegamos, un autobús cargado de turistas se marchaba.

Un pequeño riachuelo fluyendo entre las piedras y la nieve, nos daba la bienvenida avisándonos de que estábamos a punto de ver algo realmente bonito.

Umbralejo

El pueblo lucía precioso. Estuvimos paseando a lo largo de casi todas sus calles y cada vez que doblábamos la esquina, quedábamos maravillados con el espectáculo que teníamos ante nuestros ojos.

Umbralejo

Nos gustó especialmente un pequeño rincón en forma de teatro (desconocemos si esta fue realmente su función ya que no he encontrado nada al respecto), aunque realmente, cualquier zona de Umbralejo es una maravilla.

Umbralejo

Tras mucho pasear y con un poco de pena, abandonamos este encantador pueblo camino de nuestro siguiente destino: Valverde de los Arroyos.

Valverde de los Arroyos, el gran exponente de los Pueblos Negros de Guadalajara

Recuerdo que llegamos sobre las 12:30 aproximadamente a Valverde. Existe un parking en las afueras del pueblo donde dejar el coche, así que allá que fuimos nosotros, pero para nuestra sorpresa, estaba hasta los topes y nos fue imposible aparcar. Así que comenzamos a buscar un nuevo sitio, pero estaba todo lleno. Comenzamos a descender por la carretera principal, y a unos 200 metros del pueblo, dimos con un restaurante, llamado Hostal Rural Valverde en el que había sitio de sobre para aparcar. Puesto que eran casi las 13:00 y los niños tenían hambre, decidimos aparcar en el restaurante y aprovechar para comer. De esta manera, visitaríamos el pueblo cuando la gran mayoría de las personas estuviesen comiendo…ventajas de viajar con niños!!!

Restaurante en Valverde de los Arroyos

Desde el restaurante donde comimos, teníamos un agradable paseo hasta el pueblo. Durante este paseo, las preciosas vistas se sucedían unas tras otras. Los caballos, la nieve y los pequeños arroyos dejaban a nuestro paso unas estampas inolvidables.

Caballos en Valverde de los Arroyos

Llegamos al pueblo y empezamos a callejear por el. Al momento ya nos dimos cuenta de por qué es el más turístico de la zona. Es uno de los pueblos más bonitos que hemos visto nunca. Las casas realizadas en pizarra, las calles empedradas, la nieve y el olor a leña hicieron de nuestra visita algo inolvidable.

Paseado por Valverde de los Arroyos

Durante nuestro paseo, no pudimos evitar el fijarnos en la Iglesia dedicada a San Ildefonso. Una perfecta construcción en total simbiosis con su entorno, donde el campanario domina el entorno. Por supuesto, pasamos a su interior, algo sobrio para nuestro gusto.

Iglesia de Valverde de los Arroyos

Aunque sin duda alguna, la mejor vista para nuestro gusto que se puede obtener en Valverde de los Arroyos es la de Plaza de María Cristina (en la que se encuentra la iglesia que hemos comentado anteriormente). Es el lugar de encuentro de los habitantes de Valverde y donde hay más vida y movimiento. Preside la plaza una pequeña fuente desde la que podréis obtener las mejores vistas de Valverde. Bonito, ¿verdad?

Mejor vista de Valverde de los Arroyos

Seguimos nuestro paseo pueblo arriba hasta llegar a una zona verde muy amplia, habilitada como campo de fútbol. Las vistas son de esas en las que agradeces enormemente la suerte que tienes de poder viajar y ver el  mundo tal y cómo es. Desde este campo de fútbol, se tienen unas IMPRESIONANTES vistas del Pico Ocejón (el pico más alto de la Sierra de Ayllón) con una altitud de 2049 metros. Aquí estuvimos un buen rato ya que Daniel estaba ensimismado con la nieve y no había manera de sacarlo de allí jajaja. Pero ver su cara de alegría era toda una recompensa!!

Pico Ocejón

 

Daniel disfrutando en la nieve

Desde aquí, parte un camino hasta uno de los puntos de interés más importantes de la zona: las Chorreras de Despeñalagua. Consiste en un par de cascadas que se despeñan desde unos 70 metros de altura.  Nosotros no hicimos la ruta, ya que hacía bastante frío y aire, y además, había estado nevando y lloviendo la noche anterior y estaba todo embarrado. En este enlace podéis ver toda la información  de la ruta.

La tarde se nos echaba encima y aún nos quedaban dos pueblecitos por recorrer. Nuestro siguiente destino, Campillo de Ranas.

Campillo de Ranas, reino de la tranquilidad

Tras unos 50 minutos de coche donde pasamos por paisajes realmente espectaculares, llegamos a nuestro próximo destino, Campillo de Ranas. Para evitar callejear con el coche por calles estrechas, lo dejamos aparcado en el exterior del pueblo (donde hay un parking habilitado para ello).

Tras un pequeño paseo de apenas 5 minutos, ya estábamos callejeando por nuestro nuevo destino.

Entrando a Campillo de Ranas

Lo primero que nos sorprendió de este pueblo es la tranquilidad que se respira en sus calles. No había prácticamente nadie y casi casi lo pudimos visitar en solitario (nada que ver con Valverde de los Arroyos).

Volvíamos a encontrarnos con esas impresionantes y bellas edificaciones realizadas en pizarra que tanto nos estaban gustando. Da igual la calle por la que paseáramos, ya que en todas ellas se puede disfrutar de esta bonita arquitectura.

Paseando por Campillo de Ranas

Así, tras un agradable paseo llegamos a la plaza de la Iglesia, sin duda el centro de reunión de los habitantes de la localidad. En dicha plaza destacan dos cosas. La primera de ellas es la Iglesia parroquial en donde la bonita torre nos da la bienvenida. Siguiendo con la arquitectura del pueblo, la iglesia está construida con una mezcla de pizarra y piedras calizas que dota al edificio de una imponente planta.

Iglesia de Campillo de Ranas

La otra construcción que merece la pena detenerse a observa es la antigua casa del cura, donde lo que más destaca es un antiquísimo reloj de sol. Actualmente, la casa se ha reconvertido en una plaza con un porche  que usa como corral de comedias. En dicha plaza también existe una zona para el juego de bolos, que tiene lugar todos los años durante las fiestas en honor a la Virgen de las Angustias.

Reloj solar de la casa del cura

Lo siguiente que hicimos fue simplemente pasear por el pueblo, donde no podíamos evitar pararnos cada dos por tres para contemplar las bonitas estampas que sucedían ante nosotros.

Campillo de Ranas

Tras esta visita, pusimos rumbo al último pueblo de nuestra ruta, Majaelrayo.

Majaelrayo, el pueblo que nació de un rayo

Cuenta la historia que, tras la reconquista de los árabes, los ganaderos comenzaron a asentarse en esta zona debido a la abundancia de pastos existentes en la zona. Para guarecerse de las inclemencias meteorológicas, construyeron majadas en las que dar cobijo tanto a los pastores como al ganado. Ocurrió que, en una noche de tormenta, un rayo impactó contra una majada, pasando a ser conocido el lugar como Majada del Rayo.

Sin ninguna duda, Majaelrayo nos pareció el pueblo menos turístico de los cuatro visitados. No se si será porque el listón lo teníamos muy grande después de visitar los tres anteriores, pero Majaelrayo no nos entusiasmó demasiado.

Majaelrayo

¡¡Mucho ojo!! En absoluto estoy diciendo que sea un pueblo feo, ni mucho menos. Simplemente digo que al haber conocido ese mismo día los tres anteriores, no encontramos en Majaelrayo ese «algo» que nos llamase la atención. Estoy seguro que si hubiese sido el primer pueblo que hubiésemos visitado, nos habría encantado.

La arquitectura de Majaelrayo es la misma que la que habíamos estado conociendo ese día, preciosas casas realizadas en pizarra lo que les da un aspecto muy rústico y espectacular.

Paseando por Majaelrayo

Con esta visita, dimos por terminado el día y volvimos al hotel. Como nota curiosa, estuvimos como 10 minutos detenidos en la carretera esperando a que unas vacas decidiesen apartarse de nuestro camino. Fue un momento un pelín tenso ya que estábamos rodeados por unas 9-10 vacas (a no más de 2 metros de nosotros) que nos miraban muy atentamente como esperando la mínima señal para embestir el coche.

Visitando a nuestros inesperados amigos

Ahora sí, tras esta anécdota, nos fuimos al hotel, donde tocaba la rutina de siempre, recoger las cosas y hacer las maletas para, al día siguiente volver a casa.

Atrás quedaba esos molinos y ese castillo de ensueño en la preciosa Consuegra, ese minisueño cumplido en el Alcázar de Segovia y esos increíbles pueblos, misteriosamente no muy conocidos. Si este artículo sirve para que más gente conozca la zona, el esfuerzo habrá merecido la pena!!!

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