Qué ver en Gamla Stan, el corazón de Estocolmo Conociendo la maravillosa capital sueca
Llegaba el gran día en el que poníamos los pies en un nuevo país, Suecia. Mucho habíamos leído sobre Estocolmo, como por ejemplo que es una ciudad compuesta por 14 islas, de entre las cuáles sobresale por encima de todas la preciosa Gamla Stan, o lo que es lo mismo, la ciudad vieja.
Si nos ponemos estrictos, Gamla Stan está compuesta por cuatro islas: Stadsholmen, Riddarholmen, Helgeandsholmen y Strömsborg, siendo la primera de ellas la isla principal.
Nuestra meta para este primer día era conocer a fondo los entresijos de esta isla en donde destaca como si de un faro se tratase, el Palacio Real de Estocolmo.
Tenemos que remontarnos al siglo XIII para encontrar los orígenes de Gamla Stan (y por extensión de Estocolmo), prueba de ello es que la gran mayoría de calles de Gamla Stan está compuesta por pequeñas y estrechas calles adoquinadas, más propias de la Edad Media que de nuestra época.
Teníamos por delante un gran día en el que íbamos a conocer y entender los orígenes de la bella capital sueca, ¿comenzamos?
Sonaba el despertador en nuestro alojamiento de Estocolmo, un bonito hotel situado a escasos 5 minutos andando del Palacio Real. Tras la rutina diaria de despertar y vestir a los peques, desayunábamos en el buffet del hotel. Debo decir que es uno de los mejores sitios en los que he desayunado. No faltaba de nada, desde los típicos dulces hasta todo tipo de panes, frutas, crepes, salmón ahumado,… Además el comedor era grandísimo y muy bien decorado. Todo un acierto. Como siempre, cuando haga el resumen del viaje os comentaré los detalles del hotel así como los precios.
Tras nuestro desayuno, nos poníamos la mochila a la espalda y comenzábamos a patear nuestro nuevo destino. Salimos a la calle y…..¿¡¿¡¿esto que es?!?! Un auténtico golpe de calor nos sorprendía a las 10 de la mañana (más tarde averiguaríamos que los Suecia estaba atravesando una ola de calor justo en las fechas de nuestro viaje). El termómetro marcaba 30ºC pasadas las 10 de la mañana, algo muy poco común por estas latitudes.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a los muelles de Stromma para reservar un paseo en barco que haríamos por la tarde.
Voy a hacer un pequeño inciso para hablaros de algo muy recomendable para ahorraos un dinerillo si tenéis pensado visitar y hacer muchas actividades en Estocolmo, estoy hablando del Stockholm Pass.
Con nuestro paseo en barco ya reservado, comenzamos nuestro camino dirigiéndonos a Gamla Stan. El paseo (a pesar del calor que hacía) se hizo muy agradable. Por el camino vimos desde fuera la majestuosidad del Palacio con sus bonitas fuentes en forma de cascada que adornan el exterior.
Ya nos impresionó su tamaño y es que, se trata de uno de los Palacios Reales más grande del mundo…y damos fe de ello.
Debido a que eran las 11 de la mañana, decidimos no entrar todavía al Palacio ya que a las 12 era el afamado cambio de guardia, y estábamos interesados en verlo. Así que, para aprovechar la hora que faltaba, nos acercamos a la bonita plaza Stortorget, punto de reunión de habitantes y turistas de la ciudad.
Sin ninguna duda, se trata del punto más bonito de la ciudad. Flanqueada por bonitos edificios de colores, recuerda a una típica plaza medieval donde sólo faltan los carros tirados por caballos.
La plaza tiene un pasado bastante triste. Y es que corría el año 1520 cuando el rey Cristian II dio comienzo a lo que se conoce como Baño de Sangre de Estocolmo, durante el cual decapitó y colgó a noventa personas debido a que eran afines a Sten Sture, acérrimo enemigo de Cristian II.
Si uno logra abstenerse de tan cruenta historia (y de los cientos de turistas que allí se agolpan), disfrutará enormemente de una coqueta plaza. Mire donde se mire se aprecia la belleza del lugar.
Tras un buen rato admirando la bonita plaza, nos dirigimos a una de las calles más turísticas de la ciudad. La calle se llama Västerlanggatan y atraviesa Gamla Stan de norte a sur. Se trata de la típica calle donde las cafeterías y las tiendas de souvenirs se agolpan para captar a los turistas con ganas de dejarse el dinero aquí. La verdad es que la calle es bonita aunque nada espectacular que no hayamos visto en cualquier otra ciudad.
Lo curioso de esta calle se encuentra al final de la misma, y es que de esta calle sale un callejón perpendicular llamado Mårten Trotzigs gränd (sí, lo reconozco, el nombre lo he copiado de Google jeje) conocido por ser el más estrecho de Suecia (y uno de los más estrechos del mundo, aunque no tan estrecho como aquel que vimos en Praga en donde incluso existía un semáforo ya que era imposible que pasasen dos personas a la vez).
De ahí, continuamos por la calle Österlånggatan hasta llegar nuevamente al Palacio Real (Kungliga Slottet en sueco). Laura, ¿qué miras con tu nuevo amigo?
Se hacía la hora del cambio de guardia del que os hablábamos antes. Llegamos muy confiados a la plaza del Palacio Real y ¡¡sorpresa!!, como diría el mítico Dúo Sacapuntas….¡¡¡la plaza estaba abarrotá!!! Nos fue totalmente imposible ver nada del cambio de guardia, así que recordad, si estáis interesados en verlo, id mucho antes de las 12 para coger sitio.
Con esta pequeña decepción, nos dispusimos a entrar en el Palacio Real para verlo por dentro.
El Palacio es una enorme mole cuadrada de ladrillo con un ala semicircular (que es el patio en donde se hace el cambio de guardia). Actualmente este Palacio no es la residencia oficial de los reyes (que se encuentra en el Palacio de Drottningholm), sino que se limita a ser escenario para actos de representación cuando el rey actúa como Jefe de Estado.
Este Palacio tiene sus orígenes en el siglo XIII cuando, sobre este mismo lugar, se alzaba una torre y una fortaleza. Poco a poco, esta fortaleza fue creciendo en tamaño hasta llegar a convertirse en Palacio, que se conoció como Tre Kronor, en honor a las agujas existentes en la torre original. A finales del siglo XVII, sobrevino un incendio que derrumbó casi por completo el palacio de Tre Kronor. A lo largo del siglo XVIII, se comenzó la construcción del actual Palacio que se extendió durante 60 años aproximadamente.
Tras coger nuestras entradas, comenzamos la visita. Lo primero que vimos fue la Capilla Real. Dicha capilla fue inaugurada en 1754 sin sufrir prácticamente ningún cambio desde entonces. Está decorada con mármol verde y blanco con toques dorados y unos frescos realmente exquisitos. A nosotros personalmente nos encantó la decoración.
Tras la visita a la Capilla Real, continuamos con la visita del Palacio propiamente dicho. Lo primero que vimos fue la típica sala en donde se encuentran los vestidos de gala de la realeza.
Seguimos la visita conociendo los típicos despachos y habitaciones que podemos ver en cualquier Palacio (¿recordáis nuestra experiencia en el Palacio de Aranjuez?).
Desde luego, el lujo rebosaba en el interior. Lámparas de araña, cientos de cuadros, tapices, frescos en el techo…todos formaban un espectacular conjunto que nos hacía ver que la realeza no vivía nada mal.
Tras empaparnos bien de la forma de vida de la realeza sueca, dimos por finalizada la visita al Palacio Real y salimos a la calle a tomar un poco el aire (aunque hacía bastante calor). Os recomiendo que os acerquéis a la fachada norte del Palacio ya que las vistas de la ciudad son muy bonitas.
Nuestro siguiente objetivo era la Catedral de San Nicolás (Storkyrkan), junto al Palacio Real. Esta iglesia aparece por primera vez en un documento de finales del siglo XIII, lo que hace que tenga algo más de siete siglos de antigüedad. Aunque realmente, su condición de Catedral no llegó hasta el año 1942 cuando se creó la diócesis de Estocolmo.
Por dentro, la Catedral es muy vistosa. Está recubierta de ladrillo visto rojo con altas columnas terminadas en unas preciosas bóvedas.
Sin ninguna duda, lo que más nos gustó fue la espectacular estatua que representa la leyenda de San Jorge y el Dragón.
También nos gustó mucho un cuadro que representa un curioso fenómeno atmosférico conocido como halo solar. Debido a este fenómeno, en el cielo se puede apreciar una especie de arcos de luz alrededor del sol. Este fenómeno fue visto en Estocolmo el 20 de Abril de 1535. El pintor Urban Målare, retrató dicho fenómeno en papel, aunque el cuadro original se perdió, y lo que se puede ver hoy en día es una copia exacta del año 1636.
Una vez vista la Catedral, nos fuimos paseando a la pequeña isla de Riddarholmen, situada justo al lado de Gamla Stan. El objetivo de esta visita era el de tener la mejor panorámica que se puede tener del bonito Ayuntamiento de Estocolmo.
Tras un agradable paseo, el majestuoso Ayuntamiento se alzaba ante nosotros.
La construcción del edificio comenzó en el año 1911 prolongándose hasta 1923. La obra corrió a cargo del arquitecto sueco Östberg, el cual construyó el Ayuntamiento en un vistoso revestimiento de ladrillo rojo. Así mismo, dotó al edificio de una llamativa torre que es sin duda el gran símbolo del Ayuntamiento.
Estuvimos un buen rato admirando el edificio y paseando por la isla de Riddarholmen en la que nos encontrábamos.
Tras esta visita, llegaba la hora de nuestro paseo en barco que habíamos reservado por la mañana, así que pusimos rumbo al muelle de Stromma desde el que salía el barco. De camino al muelle teníamos unas preciosas vistas de la bahía de Estocolmo donde bellísimos edificios se desplegaban ante el incasable objetivo de nuestra cámara.
El tour que elegimos se llamaba Royal Canal Tour. Es un paseo muy ameno que se completa en apenas 50 minutos y que discurre alrededor de la isla de Djugarden.
Desde el barco pudimos ver muchos de los edificios y atracciones que están situadas en la orilla de dicha isla. Una de los edificios que más nos gustó fue el que alberga el museo Vasa (que visitaríamos dos días más tarde).
El barco está dotado con audioguías disponibles en muchísimos idiomas por lo que no tendréis problema alguno en enteraros de lo que estáis viendo.
Terminado el paseo en barco, no teníamos ganas aún de irnos al hotel así que nos dirigimos de nuevo a Gamla Stan con el objetivo simplemente de pasear y relajarnos un poco.
Con este paseo, dábamos por terminado el día. Un día que dio mucho de sí en el que Estocolmo, y más concretamente, Gamla Stan nos conquistó.
Nuestra toma de contacto con Suecia no podría haber sido mejor. ¡¡Y el viaje no había hecho más que comenzar!!
4 Comments
Alicia de Trotajoches.
Como me gusta Estocolmo!!! Y veo que a vosotros también. Por cierto,tienes una foto con tus niños que detrás de hay un bar «Grillska Huset», pues allí en esa terraza nos tomamos un café compartiendo mesa con los lugareños. Ainss que recuerdos.
Un gran artículo Oscar, me ha encantado 🙂
latitude
Nos echamos una foto en ese lugar porque nos pareció muy bonita. Sabia elección la de hacer un descanso en ese lugar!!!
El Mundo Con Ella
Me agrada no haberme perdido ninguna entrada durante el tiempo que hemos estado fuera.
Y veo que no habéis perdido el tiempo este verano ¡Qué entrada más estupenda! Es una auténtica delicia la cantidad de información que proporcionáis.
No es que me detenga sólo en asuntos menores, pero es que me ha impresionado mucho la pintura del arco solar porque, precisamente este verano, vimos uno estando de viaje -nunca habíamos contemplado ese fenómeno- así que lo hemos fotografiado hasta la saciedad e, incluso, lo colgamos en nuestras RRSS. Por eso me llama la atención. Buscaré el autor y la obra porque el tema me invita a saber más.
Un abrazo. Me alegro que todo haya ido bien y hayáis disfrutado.
latitude
Hola Macarena!!! Qué alegría verte de nuevo por aquí!! Pues la verdad es que este verano no hemos parado y prueba de ello es que no hemos tenido tiempo de actualizar prácticamente nada en la web. A ver si ahora que empiezan los colegios podemos continuar con la marcha!!
Debe haber sido increíble ver ese fenómeno solar en directo y que lo hayáis podido fotografiar. Un saludo!!!