Unas bonitas vistas de la plaza del Senado
Finlandia

Qué ver en Helsinki en un día

Conociendo los encantos de la capital finlandesa

Tras un bonito y relajante día a bordo del Costa Mágica, nuestro crucero se detenía en la capital de Finlandia, Helsinki.

De entre todas las ciudades que íbamos a ver durante nuestro viaje, Helsinki era en la que menos expectativas teníamos ya que todo lo que leíamos acerca de ella, nos decía que no merecía demasiado la pena. Pero evidentemente, ya que estábamos allí, no nos íbamos a quedar en el barco teniendo una ciudad nueva a nuestros pies. Quien nos conoce sabe de sobra, que en cuestión de viajes somos muy inquietos (sobre todo el que escribe) y no concibo ir a un lugar y estar medio día encerrado en un hotel o, como era el caso, pasar el día entero en el barco cuando tenemos una ciudad por descubrir. Así que teníamos unas cuantas horas para formarnos nuestra propia idea de Helsinki. ¿Os venís con nosotros?

Nuestro despertador sonaba a las 08:00 ya que a las 09:00 era cuando estaba prevista la llegada al puerto de Helsinki. Tras vestirnos y asearnos, nos fuimos directos al buffet del barco a desayunar. Me atrevería a decir que es el mejor desayuno que he visto nunca. Multitud de dulces y salados se agolpaban en las vitrinas. Donuts, tartas, salchichas, tortillas, cruasanes, no faltaba absolutamente de nada. Es digno de mención ya que a bordo estábamos unas 4000 personas. Imaginad lo difícil que debe ser preparar comida para tanta gente. No solo eso, sino que además estaba todo buenísimo. Un 10 para el cattering del barco.

Desayunando por todo lo alto

Con los estómagos totalmente satisfechos salimos del barco para adentrarnos en la ciudad. El único problema del puerto de Helsink es que está bastante alejado de la ciudad (a unos 45 minutos andando). Así que tras investigar por Internet, vimos que había un autobús público que salía de las afueras de la terminal y te dejaba a 10 minutos del centro de la ciudad.

Cómo ir del puerto de Helsinki al centro de la ciudad

Tenéis varias opciones:

  • Ir andando.

Como decimos, el trayecto hasta el centro de la ciudad es de unos 45 minutos. Teniendo en cuenta que el barco apenas está 8 horas en la ciudad, nos parecía demasiado perder casi 2 horas andando. Además, el día era bastante caluroso por lo que esta opción quedaba descartada.

  • Coger un taxi.

Sin duda es la opción más cómoda, pero obviamente también la más cara. Nada más bajar del barco os encontraréis unos cuantos taxis a la espera de algún cliente.

  • Contratar el trayecto con los autobuses que ofrece el crucero.

El barco pone a vuestra disposición en todas las ciudades, unos autobuses (previo pago). En nuestro caso, el autobús tenía un coste de 12€, lo cuál nos parecía excesivo, así que también lo descartamos.

  • Autobús público

Desde la misma terminal de ferries sale la línea 14 de autobús que os dejará en la parada Viiskulma (a apenas 10 minutos andando del centro). Si os digo la verdad, desconozco el precio del autobús, ya que cuando fuimos a pagar nos dijeron que por tener niños el transporte era gratuito, así que nos vino genial.

Os dejo un par de mapas con la situación de las paradas del autobús y de la parada en donde os tenéis que bajar.

Paradas de autobús de la línea 14

Parada de la línea 14 en la ciudad

 

Tras bajar del barco, nos fuimos directo a la parada del autobús donde esperamos a que llegase el número 14 que era el que nos interesaba a nosotros. Durante nuestra corta esperaba, ya veíamos a lo lejos una serie  de torres puntiagudas que hacían presagiar un bonito día en Helsinki.

Vistas de Helsinki desde el puerto

Os dejamos un mapa con el que fue nuestro recorrido por la ciudad:


Como decimos, nos bajamos en la parada Viiskulma y comenzamos a caminar en busca del centro de la ciudad. Habíamos leído por internet que existía un mercado con mucho encanto justo al lado del Mercado Principal, llamado Vanha kauppahalli, o lo que es lo mismo, el viejo mercado de Helsinki.

Vistas de la fachada del mercado viejo de Helsinki

Vanha kauppahalli, el Mercado Viejo

Es un mercado en el que es posible encontrar los productos típicos de la zona, salmón, reno, así como souvenirs, aunque lo que más predomina son las tiendas de comestibles. Está dividido en dos pasillos a los que se asoman coquetas tiendas con entramados de madera. Si os pilla la hora de comer aquí, es un sitio muy recomendable. La verdad es que en ningún otro lugar hemos visto tanta variedad de salmón ahumado.

Bonito expositor de salmón

Uno de los pasillos del mercado viejo

El horario de este precioso mercado es el siguiente:

  • De Lunes a Viernes de 08:00 a 18:00
  • Sábados de 08:00 a 16:00

Tras esta agradable visita, tocaba el turno de visitar el mercado por excelencia de Helsinki, el mercado de Kauppatori.

Kauppatori, el Mercado Central de Helsinki

Se trata de un mercado al aire libre donde degustar las delicias de Finlandia y donde comprar los típicos souvenirs de recuerdo.

Es un mercado mucho más grande que el Mercado Viejo. La comida que ofrece nos pareció que era para paladares menos exigentes que la ofrecida en el Mercado Viejo, aunque a cambio puedes sentarte tranquilamente (si la cantidad de turistas lo permite) tomando el sol con unas fantásticas vistas al Mar Báltico.

Vistas del Mercado Central de Helsinki

Aunque no era la hora de comer, no pudimos evitar pararnos en uno de los muchos puestos de fruta y comprar un cucurucho repleto de cerezas. La verdad es que la buena presentación del producto en las tiendas llama mucho la atención.

Preciosa tienda de fruta

También aprovechamos para comprar nuestro imán (algo que hacemos en todos los lugares que visitamos) y una pequeña pulsera realizada con cuernos de reno (y que es la que llevo actualmente siempre conmigo).

Nuestra siguiente parada era ni más ni menos que el que es considerado como centro neurálgico de Helsinki, la Plaza del Senado.

Plaza del Senado

Se trata de un gran espacio abierto rodeada de monumentales edificios. La plaza recibe su nombre debido a que en su lado Este, se encuentra el Palacio del Consejo del Estado construido en el año 1822, aunque dicho edificio ya no es el actual emplazamiento del parlamento, honor que ahora ocupa el edificio Eduskunta desde el año 1907.

En el extremo opuesto de la plaza, se encuentra el edificio principal de la Universidad de Helsinki que data ni más ni menos que de 1832.

Pero sin duda, la vista más icónica de la plaza es la de la Catedral de Helsinki en el parte norte de la plaza. Dicha Catedral se eleva en la plaza gracias a unos interminables escalones que dan al conjunto un aspecto realmente bello.

Unas bonitas vistas de la plaza del Senado

Como veis en la foto, el centro de la plaza está presidida por una estatua. Se trata de la estatua de Alejandro II. Dicha estatua data de 1894 y fue construida para recordar la reinstauración de la Asamblea de Finlandia en el año 1863.

Aparte de todos los edificios históricos, dicha plaza es muy querida por los helsinguinos (gentilicio de Helsinki) ya que en ella se realizan multitud de eventos, como conciertos, eventos de arte, competiciones deportivas, etc..

Llegamos a la Plaza a través de la calle Katariinankatu (menudos nombrecitos se gastan los finlandeses….) y ante nosotros se desplegaba un gran espacio abierto. Lugar de encuentro de la gente de Kelsinki desde hace muchísimos años. 

Nuestras primeras vistas de la Plaza del Senado

Cruzamos a la plaza para pasear por ella tranquilamente y lo que vimos nos gustó mucho. Está rodeada de edificios históricos que saben apartarse a un lado para darle protagonismo a la plaza. Un 10 para los maestros constructores.

Laura posando en la Plaza del Senado de Helsinki

Tras dar la vuelta a la plaza, nuestros ojos se posaron irremediablemente en la bonita Catedral, así que sin pensarlo mucho, era hora de ver si la Catedral era tan bonita por dentro como por fuera.

Vistas de la Catedral de Helsinki

Catedral de Helsinki

Se trata de una Catedral luterana que fue construida en honor al zar Nicolás I. El autor de tal obre fue el arquitecto Carl Engel quién ideó la catedral como una excelente manera de completar el conjunto urbanístico de la plaza que él mismo había creado, ya que muchos de los edificios de la plaza tienen su autoría.

Lo más destacado de la Catedral son sus bonitas cúpulas verdes y sus fachadas clasicistas, que nos recordaron enormemente al gran Panteón de Roma, que viéramos en nuestro viaje a Italia.

Sin embargo, la espectacularidad exterior de la Catedral, choca con la tremenda austeridad del interior, ya que apenas tiene ningún detalle interior que merezca la pena resaltar.

Lo primero que hicimos fue ascender a lo alto de las escaleras para tener una bonita vista de la plaza y de los monumentales edificios. La verdad es que la imagen nos encantó.

Así es la Plaza del Senado vista desde la Catedral

Buscamos la entrada principal (situada en la cara Oeste) y allá que entramos. Sin ninguna duda, lo que más llama la atención es la ausencia de decoración que posee en su interior. El interior está caracterizado por unas paredes de un blanco impoluto tan solo manchado con algunos objetos dorados.

Austero interior de la Catedral de Helsinki

También posee un órgano como suelen tener la mayoría de catedrales, pero nuevamente no es un órgano que destaque por su belleza.

Vista detallada del órgano de la Catedral de Helsinki

Tras una pequeña visita a la Catedral (no es necesario dedicarle más de tres minutos al interior), salimos al exterior buscando en un mapa cuál iba a ser nuestro siguiente destino. Aunque en un principio no pensábamos visitarla ya que se encuentra algo alejada del centro, pero teníamos tiempo de sobra así que nos decidimos por ir a conocerla. Hablamos de una iglesia muy peculiar excavada en la piedra, de ahí su nombre, la Iglesia de Piedra.

Iglesia de Piedra

Nos tenemos que remontar al siglo pasado, concretamente a la década de los 30 para encontrarnos con un concurso público mediante el cual se buscaba construir un templo religioso en la plaza en la que hoy se encuentra Temppeliaukio, la Iglesia de Piedra. El concurso lo ganó un tal Sirén, pero debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el proyecto se pospuso. 

Debemos seguir avanzando hasta 1960, fecha en la que se retomó la idea de construir un templo. En esta ocasión, el proyecto fue ganado por los hermanos Suomalainen. Esta vez, el proyecto se llevó a cabo, inaugurándose la iglesia en el año 1969.

Como ya podéis adivinar por su nombre, el principal atractivo de esta iglesia es la piedra. Y es que, durante la construcción, el director de la orquesta de la iglesia dijo que podía ser muy buena idea dejar la piedra desnuda para mejorar la acústica….y acertó de pleno.

Interior de la Iglesia de Piedra

Tras un paseo de no más de 15 minutos desde la plaza del Senado, nuestros ojos miraban de frente a la entrada de la Iglesia. Bueno…más bien miraban a la fila de chinos que hacían cola para entrar. Y es que, desconozco la razón, el 90% de los que hacían cola eran turistas chinos.

Afortunadamente, la cola avanzaba muy rápido y no estuvimos más de 5 minutos esperando.

Precio y horario de la Iglesia de Piedra

El precio del ticket es de 3€ (los niños entran gratis).

En cuanto a los horarios, existe un maremágnum de opciones, que hacen que sea un jaleo si lo pongo todo aquí, así que mejor, os dejo este enlace en donde podéis consultar los horarios.

Tras pagar el ticket, accedimos al interior y la primera impresión fue muy buena. Una iglesia totalmente atípica a lo que suele ser común. 

Consta de un gran espacio circular (nada que ver con las típicas iglesias en forma de cruz), con un techo por donde se cuela la luz a raudales.

Detalles del órgano de la iglesia

La iglesia nos encantó ya que huye de las típicas construcciones y apuesta por una construcción totalmente innovadora. Se asemeja más a un teatro que a una iglesia, ya que dispone de una platea y una especie de palco. Además, la zona del altar está muy bien integrada con la zona del público, por lo que no existe esa sensación de distanciamiento entre el cura y los asistentes.

Como si fuese un teatro, la iglesia tiene su palco

Nos encantó el altar de la iglesia

Sin duda, lo más llamativo de la iglesia es aquello que le da nombre: la piedra. Y es que las paredes de la iglesia están constituidas por la piedra de la montaña, dotando a la iglesia de una acústica envidiable.

Tras sentarnos un rato para ver la iglesia con detenimiento, salimos al exterior deshaciendo nuestros pasos para volver a la Plaza del Senado, donde teníamos que decidir qué hacer, ya que aún era temprano para volver al barco y queríamos aprovechar al máximo las horas disponibles.

Finalmente nos decantamos por una típica catedral de Helsinki. Una catedral de la época rusa que domina una de las colinas de Helsinki. Hablamos de la Catedral ortodoxa de Uspenski.

¿Cómo? ¿Una catedral ortodoxa en Helsinki? Pues sí. Y es que, como la gran mayoría de los países de la zona, Finlandia estuvo bajo dominio ruso durante 110 años, desde 1808 hasta 1917, año en el que país se independizó. Fruto de ese dominio ruso, ha llegado hasta nuestros días la catedral de Uspenski.

Exterior de la Iglesia de Uspenski

Catedral de Uspenski

Fue construida entre los años 1862 al 1868. Sin ninguna duda, lo más característico es su fachada roja. Además también destacan sus 13 cúpulas doradas (sobre tejados verdes) que representan a Cristo y a los doce apóstoles.

Arquitectónicamente hablando, la catedral es una mezcla de culturas orientales y occidentales, ya que su exterior es típicamente eslavo mientras que su interior es de tipo bizantino.

Tras llegar a la pequeña explanada sobre la que asienta la catedral, nos llevamos una pequeña decepción y es que los Lunes la Catedral está cerrada al público, así que nos quedamos con las ganas de conocer su interior.

No obstante, nos gustó muchísimo el exterior y además los peques lo pasaron en grande correteando por las inmediaciones de la catedral.

Precio y horario de la Catedral de Uspenski

 La entrada a esta catedral es gratuita.

El horario es el siguiente:

  • Los Lunes está cerrada
  • De Martes a Viernes, el horario es de 09:30 a 16:00
  • Los Sábados de 09:30 a 14:00
  • Los Domingos de 12:00 a 15:00

Tras la pequeña decepción por no poder conocer el interior de Uspenski, decidimos pasear tranquilamente hasta la parada de autobús que nos llevaría nuevamente al barco.

De camino, estuvimos caminando por la zona del puerto, en donde vimos a la gente tostándose al sol. En estos países, la gente aprovecha el mínimo rayo de sol, para tumbarse y ponerse moreno.

Gente tomando el sol en Helsinki

Además, de camino, también tuvimos la oportunidad de ver por fuera la residencia del Presidente de Finlandia. ¿A que os recuerda a un edificio muy conocido? Efectivamente, guarda mucha similitud con la Casa Blanca de EEUU, solo que la finlandesa es amarilla.

Una de las residencias del Presidente de Finlandia

Tras tomar el autobús de la línea 14 de vuelta al barco, dábamos por concluida nuestra visita a Helsinki. Una ciudad ideal para dedicarle un día y conocer lo más característico de ella. 

Nos subíamos al barco y atrás dejábamos una nueva latitud que se sumaba a nuestra modesta colección. El viaje debía continuar.

 

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