Preciosa la Catedral
España

Qué ver en Toledo – Día 3

Un paseo por la ciudad más imperial

Llegaba el tan ansiado día de conocer una de las ciudades que más se nos resistía desde hacía tiempo. Una ciudad conocida como «la ciudad imperial» debido a que Toledo fue la ciudad elegida por Carlos I para establecer la sede principal de su corte. También es conocida como «ciudad de las tres culturas» debido a que en apenas dos siglos, dicha ciudad estuvo habitada por cristianos, musulmanes y judíos. Una ciudad que respira historia por los cuatro costados. Por si esto fuera poco, Toledo encuentra entre sus ilustres vecinos a uno de los pintores más conocidos de la historia: el Greco. Pintura, mezcla de culturas y todopoderosos reyes. Con un plantel así, era imposible que Toledo nos defraudase.

Existen multitud de recorridos para hacer en la capital toledana. El que nosotros hicimos fue algo parecido a lo siguiente:

El día comenzaba con frío, mucho frío. ¿Y en España con qué combatimos bien temprano el frío? Efectivamente, con churros y chocolate. Con un comienzo así, era imposible que el día se torciese.

Churros y chocolate

Tras nuestro espectacular desayuno, dábamos el banderazo de salida para comenzar a patear la ciudad. ¿Nuestro primer destino? La Puerta Nueva de Bisagra.

Puerta Nueva de Bisagra

Lo primero que nos llama la atención es el título de «Nueva». Este título viene debido a que en las proximidades existe la Puerta Antigua de la Bisagra. Como veis, todo tiene su por qué.

Al igual que pasa con la muralla de Ávila, no está muy claro su origen, pudiendo este ser de origen musulmán o mudéjar.

En cuanto a su arquitectura, está formada por dos pares de torres que se unen entre sí formando un patio interior. Muy curioso, la verdad.

Puerta de la Bisagra

No podemos imaginar una entrada más espectacular para una ciudad como Toledo. Es como si la ciudad quisiese decirte…»si esta es la entrada, imagina como será el resto». Coronando la fachada exterior de la puerta, se encuentra el escudo de la ciudad: un águila bicéfala. Atravesada la preciosa puerta, ascendíamos por la Calle Real del Arrabal.

En el camino nos encontramos con más puertas. Una de ellas tiene un nombre que seguro os sonará: la Puerta del Sol. (¿Os acordáis de cuando visitamos la «puerta» homónima situada en Madrid?)

Puerta del Sol (Toledo)

Fue construida a finales del siglo XIV para dar acceso a la antigua ciudad amurallada, por lo tanto fue realizada en estilo mudéjar.

El nombre proviene de una de las figuras que aparece en su relieve, un sol.

Puerta del Sol de Toledo

Desde la Puerta del Sol, giramos a mano derecha atravesando la Puerta de Valmardón para empezar a callejear por las laberínticas calles de Toledo. Lo primero con lo que nos encontramos fue con la Ermita del Cristo de la Luz.

Esta pequeña ermita fue construida en el año 999, en pleno dominio musulmán sobre la ciudad de Toledo. Entonces, ¿cómo es posible que se construyese una ermita mientras lo musulmanes gobernaban la ciudad? La razón es muy simple: originalmente, este edificio no fue una ermita sino que fue una de las diez mezquitas que se construyeron en la ciudad.

Ermita del Cristo de la Luz

Es posible visitar la ermita y el pequeño jardín anexo. Nosotros por supuesto la visitamos ya que nos encanta conocer de primera mano la historia de estos pequeños edificios. Tratándose de un edificio que tiene más de mil años de antigüedad, merece la pena.

Precio y horario de la Ermita del Cristo de la Luz

El precio es de 2.8€ para adultos y niños mayores de 10 años (Febrero 2018).

Del 16 de Octubre al 28 de Febrero, abre de 10:00 a 17:45. De. 1 de Marzo al 15 de Octubre, abre de 10:00 a 18:45. Abre todos los días del año excepto el 1 de Enero y el 25 de Diciembre. El 24 y el 31 de Diciembre, sólo permanece abierto hasta las 13:00.

En el interior de la ermita es posible observar esas columnas y esos arcos tan característicos de las construcciones musulmanas. También nos llamaron mucho la atención las pinturas románicas que existen en sus paredes, aunque si bien es cierto, el paso de los años ha hecho mella sobre ellas.

Interior de la ermita

Una vez que vimos el interior de la ermita y de los jardines, salimos al exterior (a la calle Cristo de la Luz) dispuestos a seguir con nuestro callejeo por la ciudad, cuando un grupo de personas se arremolinaba frente a la entrada de la ermita que da a dicha calle. Nos acercamos para ver qué era lo que estaban viendo y vimos con cierta curiosidad que todos se hacían fotos al lado de una piedra blanca encastrada en el suelo que llamaba la atención sobre el resto. La guía que había allí, nos estuvo explicando la leyenda de esa piedra blanca.

Leyenda de la Piedra Blanca

Corría el siglo XI cuando Alfonso VI consiguió la reconquista de Toledo. El 24 de Mayo de 1085, el rey Alfonso junto con sus acompañantes, un tal Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como El Cid Campeador, se internaron en la ciudad dispuestos a conocer la ciudad que habían conquistado. Para ello, se adentraron por la Puerta de Valmardón. Nada más cruzar la puerta, se toparon con lo que hoy es la Ermita del Cristo de la Luz. Al pasar frente a la puerta, el caballo del Cid se arrodilló frente a esta. La gente no daba crédito a lo que ocurría ya que no eran capaces de hacer que el caballo del valiente guerrero se levantase. Este gesto fue tomado por los allí presentes como una señal divina, por lo que comenzaron a excavar en los alrededores en busca de alguna señal divina. Tras mucho buscar, encontraron la imagen de un Cristo que tenía un farolillo encendido sin que nadie la hubiese tocado durante más de trescientos años. A partir de aquel día, a dicho Cristo se le conoce como el Cristo de la Luz. Para no olvidar nunca el lugar en el que el caballo se arrodilló, se puso una piedra blanca en el lugar exacto en el que el animal clavó las rodillas.

Pisando la piedra blanca

La ermita es uno de esos lugares de los que no esperas gran cosa, pero conforme va avanzando la visita, te vas dando cuenta de que la historia te supera una y otra vez. Sientes una helada bofetada de la ermita como diciéndote: «No me vuelvas a subestimar. He sobrevivido a 1000 años de historia, por algo será«. Es una visita para nosotros imprescindible. Os recomiendo este enlace en el que podéis indagar mucho más acerca de la ermita.

Interior de la ermita

Continuamos nuestro paseo por Toledo sin rumbo fijo (algo que os recomiendo ya que Toledo es ideal para perderse por sus callejuelas). Tras una buena caminata, acabamos frente a otro de los iconos de la ciudad: la Sinagoga de Santa María la Blanca.

Sinagoga de Santa María la Blanca

Fue construida en el año 1180 con la intención de ser una de las principales sinagogas de la ciudad. Tuvo esta función durante dos siglos hasta que, a finales del siglo XIV, se transformó en Iglesia.

Por dentro destacan las columnas totalmente pintadas de blanco que soportan diversos arcos. Como suele ocurrir en las sinagogas, el interior es bastante sobrio. La única excepción que conocemos es la Gran Sinagoga de Budapest, que visitáramos el verano de 2012.

Interior de la sinagoga

Como curiosidad, cabe destacar que encima de cada columna existe un capitel con ornamentación de piñas y volutas. La disposición es tal, que ningún capitel es igual a otro…..y son 32!!!

Si queréis ampliar más información sobre la sinagoga, os recomiendo visitar el siguiente enlace.

Ya en la entrada, procedimos a comprar nuestras entradas para poder visitar el interior. Nada más entrar nos sorprendió la blanco que está todo (supongo que de ahí vendrá el nombre de la Sinagoga). Por cierto, aunque se le diga «sinagoga» realmente ya no hace funciones como tal sino que ahora pertenece a la Iglesia Católica haciendo las veces de Museo y exposiciones temporales.

Interior de la sinagoga

Precio y horario de la Sinagoga

Abre todos los días de Lunes a Domingo excepto el 1 de Enero y el 25 de Diciembre.

  • Del 1 de marzo al 15 de octubre, de 10:00 a 18:45 h.
  • Del 16 de octubre al 28 de febrero, de 10:00 a 17:45 h.

El precio es de 2.8€ para mayores de 10 años. Los menores de 10 años no pagan.

Tras ver la sinagoga, estuvimos un buen rato paseando sin rumbo. Os aconsejo que lo hagáis y os lancéis a descubrir las callejuelas de la ciudad. Es una ciudad que se presta mucho a ello y seguro que encontraréis lugares y curiosidades ocultos a la vuelta de cualquier esquina.

Durante nuestro paseo sin rumbo fijo, tuvimos el honor de ver cara a cara el río Tajo. Un río que está íntimamente ligado a la ciudad y que se ha ganado por derecho propio ser parte indispensable de Toledo.

Río Tajo a su paso por Toledo

Tras una buena caminata en la que dejamos correr a nuestra vena más aventurera, fuimos a parar a la Catedral. Aunque el Alcázar de Toledo es, a nuestro juicio, el edificio más majestuoso de la ciudad, la Catedral de Toledo es, también a nuestro juicio, el edificio más bonito de la ciudad.

Preciosa la Catedral

Catedral de Toledo

Es curiosa la historia de esta Catedral, ya que…a punto estuvo de no ser. Resulta que allá por el año 1085, Alfonso VI conquistó la ciudad de Toledo a los musulmanes. Durante la conquista, prometió que no tocaría la mezquita de la ciudad y respetaría la creencia de las gentes. Dos años después, en 1087, el rey se ausentó por cuestiones de Estado. Al parecer, su mujer, la reina Constanza y el arzobispo de Toledo, no estaban muy de acuerdo con la decisión del monarca de respetar la mezquita. El caso es que, durante la comentada ausencia del rey, ambos personajes enviaron fuerzas armadas al recinto de la mezquita. Tras el asedio, instalaron un altar en el edificio y una campana en lo alto del alminar.

Cuando el rey regresó de sus quehaceres, su enfado fue tan monumental que dictó condena de muerte para casi todos los implicados en el asedio. Curiosamente, los que aplacaron la ira del monarca fueron los propios musulmanes, con Abu Walid a la cabeza, los que consiguieron calmar los ánimos. ¿Curioso, verdad?

Debemos avanzar más de cien años en el tiempo, para descubrir los orígenes del edificio actual. Corre el año 1226 cuando el rey Fernando III el Santo decide renovar por completo la iglesia (con forma de mezquita). Dicha tarea es encargada al arzobispo Jiménez de Rada, una persona bien instruida en los templos franceses de la época.

El edificio fue ampliado poco a poco hasta su aspecto actual.

Estuvimos examinando el exterior del edificio y la verdad es que nos pareció precioso. Nos recordó a las típicas catedrales góticas francesas tan altas y estiradas pareciendo querer tocar el cielo.

Fachada exterior de la Catedral

Tras admirar tanto como pudimos la fachada, era hora de entrar al interior.

Precio y horario de la Catedral de Toledo

Horario:

  • De Lunes a Sábado de 10:00 a 18:00
  • Domingos de 14:00 a 18:00
  • Hay varios días al año en los que los horarios cambian debido a fiestas religiosas. En la web oficial de la Catedral de Toledo podéis ver todos los detalles para planificar vuestra visita sin sobresaltos.

Precio:

  • El precio es de 12.5€ (Febrero 2018). Este ticket incluye las siguientes visitas:
    • Templo
    •  Museos del Coro, Sala Capitular, Tesoro, Sacristía
    • Capilla de Reyes
    • Claustro, Pinturas de Bayeu y Capilla de San Blas
    • Torre
    • Museo Colegio Infantes (Museo de tapices. textiles y orfebrería S.I.C.P.)
  • Con el precio está incluido la audioguía.
  • Existe otra opción de 10€ (Febrero 2018) en la que se excluye la subida a la torre.

El interior de la Catedral está repleto de capillas a cada cuál más bonita.

Uno de los muchos detalles de la Catedral de Toledo

También nos pareció precioso el retablo de la Capilla Mayor. El retablo cuento con innumerables estatuas de iconos religiosos. Dichas estatuas están rodeadas de un sinfín de pilares en miniatura. Un auténtico espectáculo visual.

Retablo de la Catedral

También nos encantó la Sala del Tesoro en donde destaca sobre todos los objetos, la Custodia de Enrique de Arfe. Esta custodia, fue realizada entre los años 1517 a 1524 por encargo de Isabel la Católica. Es una pieza de incalculable valor no sólo por el valor monetario, sino también por el valor histórico que tiene.

Custodia de la Catedral de Toledo

Curiosidades de la Custodia de la Catedral de Toledo

  • Está formada por 183 kg de plata y 18 kg de oro
  • Está formada por 5600 piezas y 260 figuras
  • Sus piezas están unidas por 12500 tornillos
  • El oro con el que está realizada, fue el que trajo Cristóbal Colón de su viajes a América

Vista la Catedral, nuestro siguiente y último destino del día era conocer la Plaza Zocodover, que es el punto de encuentro de los habitantes de la ciudad.

Plaza Zocodover

Como decimos, se trata del punto neurálgico de la ciudad. Y este título se lo ha ganado a pulso, ya que desde la época medieval se tienen registros de que las fiestas populares de la ciudad se realizaban en esta plaza.

Aunque esta plaza también tiene un punto negro en su historia, y es que fue el lugar exacto donde se hacían los Autos de Fe de la Inquisición así cómo la ejecución de los reos.

Puesto que nuestro viaje fue a pocos días de que comenzase la Navidad, la plaza se encontraba ya decorada con las luces navideñas.

Plaza Zocodover

Tras un pequeño paseo por la plaza y una merecida cena en algún lugar que no consigo recordar, nos fuimos paseando a contemplar el exterior del Alcázar de Toledo.

El monumental edificio lucía precioso bajo la luz de la luna.

Fachada exterior del Alcázar de Toledo

Ya estábamos deseando que llegase el día siguiente para conocer todos los entresijos del Alcázar.

El día acababa, pero Toledo iba a a quedar mucho tiempo dentro de nosotros ya que es una ciudad que nos mostró sus más bellos encantos. Una ciudad que respira historia por los cuatro costados. Como decía al inicio del artículo, una ciudad imperial.

Jugando con las luces

 

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