-
Llegamos a Bali. Uluwatu y las danzas balinesas nos dan la bienvenida
Con mucha pena en el corazón, dejábamos atrás Japón, un país que nos había fascinado tanto por su servicial gente como por el inmenso patrimonio cultural que es posible visitar. Pero como todo en la vida, esta experiencia forma ya parte de nuestra memoria y nuestros recuerdos, dejando espacio para nuevas aventuras. En este caso, nuestros pies se posaban en un nuevo país, Indonesia, y nuestro corazón se preparaba para asimilar todas las maravillas que tiene por ofrecer una de sus islas, Bali. Llegábamos al aeropuerto de Narita donde teníamos por delante algo más de 7 horas de avión. Teníamos una escala en Shangai, pero lamentablemente era demasiado corta como…