Panteón, Trevi y mucho más Primera toma de contacto con Roma
Ahora sí, comenzaba nuestro periplo por tierras romanas. Ante una ciudad tan grande, es recomendable tener un planning hecho previamente para poder organizar mejor las visitas. En nuestro caso, traíamos los deberes hechos de casa y el planning nos decía que lo primero que íbamos a visitar era la Piazza del Popolo. ¿Vamos Laura?
Dicha plaza era la antigua entrada a la capital del Imperio, de hecho, aún se conserva la puerta Norte. Presidiendo el centro de la plaza, se encuentra un obelisco egipcio dedicado a Ramsés II.
La ubicación original de este obelisco se encontraba en el Circo Máximo, pero en 1589 se trasladó hasta su emplazamiento actual. En el lado opuesto a la puerta Norte, se encuentran dos Iglesias prácticamente gemelas que te ofrecen una bonita vista: Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto. Tras dar una vuelta por la plaza, queríamos verla desde las alturas, y para ello nada mejor como ir a los Jardines del Pincio, situados en su parte Este.
Tras un pequeño paseo por el jardín, volvimos a la Piazza del Popolo para visitar la Iglesia de Santa María del Popolo con un atractivo interior y algunas curiosas capillas.
Seguimos bajando hacia el Sur por la Via del Corso para encontrarnos con un edificio que, a pesar de la historia que tiene detrás, no está bien conservado. Hablamos ni más ni menos que del Mausoleo de Augusto, que fue destinado al descanso eterno de varios emperadores romanos. Con el paso de los años, dicha estructura ha hecho funciones de viñedo, fortaleza medieval e incluso plaza de toros lo que no ha ayudado para nada a su estado de conservación.
La verdad es que nos sorprendió muchísimo que la actual ciudad de Roma, no le dé la merecida importancia a este monumento.
Tras esta pequeña decepción, seguimos nuestro recorrido hacia el sur de la ciudad para encontrarnos ahora con una monumental plaza: la Piazza Navona. Una auténtica maravilla de plaza situada en el antiguo circo Domiciano con capacidad para más de 30000 personas cuyo fin eran los juegos de atletismo.
Hoy en día, su mayor atractivo son sus 3 fuentes. Si entramos por la parte norte de la plaza (como hicimos nosotros), la primera fuente que nos encontramos es la Fontana del Netunno. Diseñada por Giacomo della Porta y perfeccionada más tarde tanto por Bernini como, sobre todo, por Zappalá y Della Bitta, nos muestra al dios Neptuno atacando a unos leones marinos.
Si seguimos avanzando hacia el Sur de la plaza, nos damos de frente con la fuente más espectacular de la plaza: la Fontana dei Quattro Fiumi. Fue construida en el año 1651 por Bernini. Se llama Fuente de los 4 ríos, porque representa a los 4 ríos más importantes de la época: Nilo, Danubio, Ganges y Río de la Plata. En el centro de la fuente se eleva un obelisco egipcio: el obelisco de Domiciano. Los 4 ríos están representados por 4 gigantes. Es una fuente que no te cansas de admirar ya que cada vez que la rodeas encuentras algo que no habías visto antes. Una auténtica obra maestra.
Por último, en nuestro recorrido hacia el Sur, encontramos la Fontana del Moro. Al igual que la Fontana del Netunno, fue diseñada por Giacomo della Porta. Representa un moro luchando contra un delfín y rodeado de 4 tritones….desde luego por imaginación que no sea jaja. Bajo nuestro punto de vista es la menos espectacular de todas.
Tras salir de la plaza, seguimos caminando hacia el sur para llegar a otra emblemática plaza de la capital italiana: Campo de’ Fiori. Llamada así por encontrarse construida sobre un antiguo campo de flores, ha sido escenario, entre otras cosas, de ejecuciones públicas en una de las cuales fue quemado en la hoguera el filósofo Giordano Bruno en el año 1600 acusado de herejía.
En la actualidad, todas las mañanas de lunes a sábado se monta un mercadillo en donde se venden alimentos, flores y productos variados. Por las noches, se convierte en un lugar agradable donde parar a cenar. Tras refrescarnos un poco (hacía muchísimo calor), salimos en busca de más enclaves turísticos, y ahora le tocaba el turno a uno muy emblemático: Largo di Torre Argentina.
No es ni más ni menos que el lugar exacto en donde Julio César fue apuñalado hasta la muerte. Cuando lo visitamos, estaban trabajando en su restauración por lo que sólo se podía ver desde la calle. Lo que más me sorprendió fue la poca afluencia de público que tenía un enclave tan histórico como este.
Tras deleitarnos con este enclave histórico, ya estábamos impacientes por alcanzar el gran momento del día: visitar el Panteón.
Pero antes de llegar a nuestro ansiado destino, nos detenemos brevemente y con un poco de pena en El Elefantino. Y decimos “con un poco de pena” porque estaba cubierto de andamios por lo que no pudimos apreciarlo bien. Diseñado por Bernini, es un pedestal sobre el que se asienta un oblisco egipcio. La elección del elefante como pedestal, responde a la inscripción que hay grabada en el oblisco: “se necesita una mente robusta para mantener una sabiduría sólida”… ¿y qué hay más robusto que un elefante?
Y ahora sí, tocaba uno de los momentos claves de esta visita a Roma: el Panteón de Agripa.
Desde el Elefantino hasta el Panteón, apenas hay 20 metros, y fueron de los 20 metros más emocionantes del día. El corazón latía más fuerte de lo normal sabiendo que iba a tener cara a cara a uno de los edificios más imponentes hecho por los romanos, y……..no me defraudó. El edificio es una maravilla y cuesta mucho creer que eso que tienes ante tus ojos tenga 2000 años de antigüedad. Y es que, no obstante, se trata del edificio mejor conservado de toda la herencia que nos dejaron los romanos. Esto se debe a que el edificio fue donado al Papa Bonifacio IV que lo transformó en Iglesia. Del exterior destaca su imponente fachada en la que destacan sus 16 columnas de granito de 14 metros de altura. También destaca su inmensa cúpula, mayor que la mismísima cúpula de la Basílica de San Pedro.
Tras deleitarnos con su espectacular exterior, nos atrevemos a pasar a su interior, y es entonces cuando viene la magia. ¿Cómo es posible que hace 2000 años fueran capaces de construir una cúpula con un óculo de casi 9 metros de diámetro?
Creo que tuvimos dolor de cuello todo el día de estar mirando durante tanto tiempo hacia arriba. Además de su impresionante cúpula y óculo, destacan las tumbas de numerosos reyes de Italia así como multitud obras de arte. La tumba más destacada es de la del pintor y arquitecto Rafael.
Sin miedo a equivocarme, puedo decir que pasamos cerca de 2 horas admirando semejante obra. Si queréis indagar más en su historia, así como los horarios de visita os dejo este link.
Cuando uno va a visitar el Coliseo, te esperas algo impresionante y sabes que te va a causar una gran impresión. Pero del Panteón no te esperas tanto….y eso es lo bueno.
De tanto pasear por el Panteón, se nos hizo la hora de comer así que aprovechamos para tomar algo en un restaurante de la zona con vistas al Panteón. De las mejores vistas que se pueden tener en Roma.
Una vez con las pilas cargadas, era hora de seguir descubriendo lugares de la capital romana.
En esta ocasión, queríamos ver de cerca un edificio que no sé muy bien cómo catalogarlo. Es como si a los arquitectos italianos hubieran tenido un exceso de mármol blanco y quisieran haberlo gastado todo en un único edificio, y de ahí nace el Monumento a Victor Manuel II, también conocido como Altare della Patria.
Como decimos, este edificio es una enorme mole de mármol blanca dedicada al que fuese primer rey de la Italia unificada: Victor Manuel II. Personalmente, tenemos que decir que no nos gusta en absoluto. Desentona totalmente con la arquitectura de alrededor. Lo vemos demasiado grande y pomposo.
Aprovechando que estábamos al lado, fuimos a ver de cerca la Columna de Trajano. Es una impresionante columna de 30 metros de alto realizada en mármol de Carrara. Fue construida en honor del emperador Trajano allá por el año 113. La columna está recubierta de frisos que narran las victorias de dicho emperador. La verdad es que verla de cerca impresiona.
Miramos el planning que llevábamos de casa y…..qué ven nuestros ojos!!! Vamos a la que es posiblemente la fuente más famosa del mundo: La Fontana di Trevi.
¿Quién no ha visto alguna vez esa escena en la que Marcello Mastroianni y Anita Ekberg se besan en plena Fontana di Trevi?
Escenario de algunas películas, esta fuente se ha convertido probablemente en el mayor icono en cuanto a fuentes se refiere.
La construcción se llevó a cabo entre los años 1732 y 1762 Fue obra de Nicola Salvi. Numerosas figuras se pueden ver en la fuente: el Dios Neptuno, tritones, etc…
Hay una curiosa tradición que consiste en tirar una moneda a la fuente para asegurarse la vuelta a Roma, nosotros no creemos en estas cosas, pero aun así cumplimos con la tradición y es que Roma bien merece otra visita. En la actualidad, el Ayuntamiento recauda en torno a 1 millón de euros por este concepto (el cual usa para la financiación de un comedor social).
Si vais en pleno Agosto, armaos de paciencia porque hay muchísima gente.
Tras las fotos de rigor, seguimos nuestro camino explorando la ciudad. La cosa iba de fuentes, y la siguiente que íbamos a ver era la Fontana del Tritone. Esta fuente es famosa por ser la primera fuente que construyó Bernini. Representa al Dios Trión, echando agua por una concha marina mientras es sujetado por cuatro delfines. Todo un alarde de imaginación.
A continuación, iríamos a ver una de las plazas y escalinatas más famosas de toda Roma: las de la Piazza di Spagna. El nombre de la plaza viene, como no podía ser de otra manera, de la Embajada española que hay en las inmediaciones.
De la plaza hay que destacar dos cosas: la Iglesia de Trinitá dei Monti y la Fontana della Barcaccia.
A nuestro parecer, es una zona muy bonita y con muy buen ambiente. No puedes dejar pasar la oportunidad y sentarte en las escaleras mientras ves la vida pasar. Es una estampa única.
Tras estar un buen rato, prácticamente se nos hizo de noche y queríamos acabar el día donde la empezamos: en la Piazza del Popolo.
Aunque muy intenso, este primer día en el que otrora fuera capital de uno de los mayores Imperios que se recuerdan había sido muy satisfactoria. ¿Y sabéis qué? Esto no había hecho más que empezar.