Espectacular la Playa de la Concha en Donostia
España

Qué ver en San Sebastián en un día – Día 9

Donostia, la ciudad de los mil sabores

Tras nuestro paso por las bellas localidades costeras de Zumaia, Getaria y Zarautz que visitáramos el día anterior, hoy tocaba la visita a una ciudad que aparte de verla hay que saborearla. Y es que, aunque tanto en Navarra como en lo poco que llevábamos visto de Euskadi se come de lujo, San Sebastián es un punto y aparte. Una ciudad donde los ingredientes se mezclan de forma magistral para ofrecer al cliente un cúmulo de sabores en forma de pintxos. Donde los chefs no sólo juegan con los sabores de la comida, sino que entra en juego también el sentido de la vista. Una ciudad para verla, disfrutarla y saborearla una y mil veces. Aunque lo ideal es pasar al menos un par de días en la preciosa San Sebastián, hoy os contamos qué ver en San Sebastián en un día. Abrid boca que empezamos.

Que ver en San Sebastián en un día

Iniciamos nuestra rutina de todos los días en el hotel y pusimos rumbo a San Sebastián. Una hora y diez minutos separaban nuestro hotel de la ciudad. Como siempre pasa cuando llegas a una ciudad muy turística, como es el caso, los aparcamientos son escasos, así que decidimos no dar demasiadas vueltas y dejar el coche en un parking.

Ya en la calle, y mapa en mano, comenzamos nuestra andadura por la ciudad.

El recorrido que hicimos ese día fue aproximadamente el siguiente:

Nuestra idea para este día era simplemente pasear por la ciudad y por supuesto, degustar esas delicias en formas de pintxos. No teníamos intención de visitar ningún museo ni nada por el estilo.

Plaza del Ayuntamiento y Boulevard Zumardia

Lo primero que hicimos fue acercarnos a la plaza del Ayuntamiento, que se encontraba animadísima a esa hora.

Fachada exterior del Ayuntamiento de Donostia

De ahí, atravesamos el Boulevard Zumardia donde se encuentra la Oficina de Turismo, a la cuál entramos para que nos recomendasen una ruta apta para ir con niños. Muy amablemente nos indicaron la ruta y comenzamos el paseo.

Boulevard de Zumardia

Casco antiguo de San Sebastián

Mapa en mano, lo siguiente que hicimos fue ir en dirección al casco viejo. Esta zona de la ciudad destaca por sus calles estrechas y las calles repletas de bares donde saborear los famosos pintxos. Probablemente sea la zona con más vida de la ciudad, y damos fe de ello ya que cuando pasamos nosotros, las calles estaban atestadas de gente.

Una calle cualquiera del casco viejo

Debido a que se acercaba la hora de comer (aunque era temprano para el estándar español), decidimos entrar a uno de los muchos bares que pueblan la zona y así aprovechábamos y ya comían los peques. Nos dejamos guiar por la intuición (aunque creo que entres donde entres vas a acertar) y entramos a un bar llamado Casa Senra. Ya simplemente con el aspecto visual que presentaba la barra, se nos hacía la boca agua. Infinidad de pintxos nos daban la bienvenida nada más entrar. Debido a que era temprano, aún había mesas libres, así que nos sentamos, pedimos la carta y la variedad de pintxos que había era impresionante. Además, los nombres eran de lo más sugerente y todos parecían elaboradísimos.

Barra típica de cualquier bar de Donostia

Lo que hicimos fue pedir algunos que de los que había en la barra. Aún se me caen las lágrimas de la explosión de sabores. Da igual el que probases, ¡¡¡todos estaban exquisitos!!! Foie con hongos en salsa de coca-cola, chipirones a la plancha con puré de castañas, carrillera glaseada con cous cous…

Repito que hasta ese día habíamos comido muy bien, pero los pintxos de San Sebastián creo que están a otro nivel.

Pero qué pinta tienen los pintxos de San Sebastián

Con el estómago saciado, salimos para continuar nuestra ruta por la bella ciudad. Nuestro siguiente destino era ni más ni menos el que probablemente sea la zona más conocida de la ciudad, la espectacular Playa de la Concha.

Playa de la Concha

Considerada una de las mejores playas de toda Europa, sin duda se trata del icono de la ciudad y uno de los lugares imprescindibles que ver en San Sebastián en un día. Se extiende desde el conocido como Pico del Loro hasta el Ayuntamiento abarcando algo más de 1.3 km de longitud con una anchura de unos 40 metros de media. En el año 2007, la Playa de la Concha fue elegida como uno de los 12 Tesoros de España. Además, es de las pocas playas urbanas que pueden presumir de tener una isla en plena bahía. Hablamos de la isla de Santa Clara. Dicha isla tiene una pequeña playa que, en función de la marea, aparece y desaparece.

Terminamos de atravesar el casco viejo de la ciudad para encontrarnos con el puerto por el que estuvimos dando un pequeño paseo antes de recorrer la playa andando por el paseo marítimo de la ciudad.

Puerto de Donostia

Una vez visto el puerto, ahora sí, era el momento de mirar cara a cara a la famosa playa. La verdad es que no nos la esperábamos tan grande. Formando media luna, sólo había unos pocos valientes que se atrevían a darse un chapuzón.

Espectacular la Playa de la Concha en Donostia

Aproximadamente a mitad de paseo, nos encontramos con unas preciosas casas señoriales en las que debe dar gusto vivir…si tienes dinero para comprarla, porque desde luego no parecían baratas.

Bonitas casas a la orilla de la Concha

Tras ponernos los dientes largos, seguimos nuestro camino hasta el final de la playa, en donde se encuentra el que probablemente sea el monumento más conocido de la ciudad: los Peines de Chillida.

Peines del Viento

Posiblemente sea la obra más conocida de Eduardo Chillida. Está compuesta por tres esculturas de 10 toneladas cada una moldeada en acero corten e incrustadas en rocas sobre las que el mar descarga toda su furia. Estas esculturas, oficialmente son conocidas como Peine del Viento XV, y es que forman parte de una serie de 23 esculturas que el genial escultor comenzó allá por el año 1952, siendo las que más fama obtuvieron las esculturas número XV, las de la Bahía de La Concha. Si queréis más información, podéis consultar la web oficial  de las esculturas.

La verdad es que cada vez que visitamos algún monumento que hemos visto mil veces en revistas y en televisión, nos entra un “no sé qué” por el cuerpo de pensar que por fin estamos ahí.

Preciosa la escultura de Eduardo Chillida

Y este monumento no fue menos. Ahí estábamos nosotros, mirando al mar a través de los ojos de la ciudad de San Sebastián. Estuvimos un buen rato sentados absortos viendo la vida pasar. La verdad es que, aunque es un monumento simple, la fuerza que transmite es muy grande.

Detalle del Peine de Los Vientos

Con el monumento estudiado a fondo, aún nos quedaban unas horas de luz antes de que el sol se pusiese, así que ni cortos ni perezosos, nos fuimos hasta la otra playa de la ciudad, la de Zurriola. Sí, aunque sea menos conocida (de hecho, debemos admitir que nosotros no conocíamos de su existencia), también merece la pena acercarse a visitarla.

Playa de Zurriola

Es un lugar ideal para sentarse en la pared que recorre el espigón que flanquea dicha playa y simplemente detenerse a ver el mar y dejar volar la imaginación. Daniel incluso, la dejó volar demasiado….

Daniel quiere volar muy alto

Con esta visita finalizaba nuestra toma de contacto con Donostia. Una ciudad que nos enamoró con sus vistas y nos conquistó con el estómago. Nunca mejor dicho, una ciudad para comérsela a bocados.

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