Aquí vemos a los monos en cuestión
Japón

Qué ver y cómo ir de Tokio a Nikko

Visitando los templos más bonitos de Japón

Hoy era uno de esos días que llevábamos marcado en rojo en nuestro viaje. Hoy era donde nos metíamos de lleno en los afamados templos japoneses.

Aunque Japón tiene miles y miles de templos esparcidos por toda su geografía, es en el pueblecito de Nikko (situado a unas dos horas) donde están algunos de los más conocidos.

Cuando estábamos planeando el viaje, teníamos la duda de si pasar un día más en Tokio, o aprovechar este día para visitar Nikko. Finalmente nos decidimos por esto último y ya os puedo decir que fue todo un acierto.

Sin ninguna duda fue uno de los días donde más disfrutamos ya que nos sumergimos de lleno en esa cultura budista que tanto nos gusta. Además, los paisajes y los templos son espectaculares en esta localidad. Una perfecta sincronía entre la Madre Naturaleza y las edificaciones humanas rodeadas todas ellas de ese inconfundible olor a incienso. Bienvenidos a Nikko.

Nuevamente volvíamos a madrugar ya que nos esperaban dos horas y media hasta nuestro destino en Nikko. Además, por si fuera poco, hoy iba a ser nuestro estreno en esos trenes japoneses de los que todos hemos oído hablar en alguna ocasión, los rápidos y puntuales trenes bala

Tren bala para saber como ir de Tokio a Nikko

¿Cómo llegar a Nikko desde Tokio?

Básicamente existen dos únicas opciones, con los trenes de la compañía JR o con los trenes de la compañía Tobu.

Si disponéis del Japan Rail Pass, cosa más que recomendable para moveros por Japón, sin ninguna duda debéis optar por los trenes de la compañía JR, ya que no tendréis que desembolsar ni un euro. Para ello, debéis subiros al tren Shinkansen en la estación de Tokio o en la de Ueno y bajaros en la estación de Utsunomiya, donde deberéis tomar el tren JR Nikko y bajaros en la estación de Nikko. Si no disponéis de JR Pass, el trayecto de ida/vuelta os costará 11160 Yenes (unos 87€, Julio 2018).

Opción ideal para ir a Nikko

Si no disponéis de JR Pass, sin ninguna duda lo mejor es que toméis el tren de la línea Tobu ya que es mucho más barato que viajar en el Shinkansen. Simplemente debéis ir a la estación de Asakusa y tomar el tren expreso Tobu, que os dejará directamente en la estación de Nikko. El precio ida y vuelta de este tren es de 2720 Yenes (unos 21€, Julio 2018)

El día anterior habíamos ido a una estación JR cualquiera (de las muchas que hay en Tokio) para reservar nuestros tickets en el tren bala. Aunque hay mucha frecuencia de trenes, pero no queríamos perder el que salía bien temprano para poder aprovechar al máximo las horas del día.

Llegamos hasta la estación de Tokio, buscamos nuestro andén y lo primero que vimos fue todo un ejército de personas para limpiar el tren nada más llegar a la estación.

Ejercito de limpiadoras listas para dejarlo impoluto

Como ya he dicho en alguna ocasión, el orden y la limpieza de Japón están a otro nivel de cualquier país que yo haya visitado. Como ejemplo de ambas cosas, podéis ver la foto de arriba. Absolutamente nadie traspasa la línea amarilla hasta que el tren llega. Una vez que el tren se ha parado en la estación, la gente que quiere entrar espera pacientemente en fila india a que la gente salga del tren. Cualquier cosa nos llama la atención.

Ya sentados en el tren, entra el revisor, nos pide los tickets, y cuando se va del vagón hace una reverencia. Desconozco si en señal de respeto a los pasajeros, al tren…o vaya usted a saber. Orden, limpieza y educación, señas de Japón.

Tras un pequeño trasbordo en Utsunomiya, llegamos por fin a nuestro destino final, Nikko.

Llegando a Nikko

De Nikko (el pueblo) la verdad es que poco podemos contar, eran tantas las ganas que teníamos de llegar al complejo de los templos que apenas nos paramos en echar un vistazo al pueblo.

Ascendimos la larga calle que va desde la estación a los templos y lo primero con lo que nos encontramos fue con el precioso Puente de Shinkyo que salva el río Daiya que atraviesa Nikko. Estuvimos un buen rato tomando fotografías del puente ya que nos pareció realmente fotogénico.

Precioso el Puente de Shinkyo

Puente de Shinkyo

Parece ser que la construcción original data de 1636 aunque no se sabe con certeza el año exacto. El puente se construyó en madera para acceder al mausoleo del primer shogun Tokugawa, Ieyasu.

Laura posando en el puente de Shinkyo

Técnicamente, el puente pertenece al santuario Futarasan y actualmente está declarado como Patrimonio de la Humanidad. El que podemos ver hoy en día es una reconstrucción construida en 1909, ya que el original fue destruido durante una inundación.

De ahí tomamos uno de los caminos que se adentra en el complejo de los templos para comenzar nuestra visita.

Lo primero que nos llamó la atención fue la increíble naturaleza que rodea el recinto. Cientos de árboles se agolpaban alrededor de los templos y de los toriis  siendo testigos de excepción de lo que allí íbamos a ver.

Torii situado a la entrada de los templos de Nikko

Empezamos a andar, y lo primero con lo que nos encontramos fue con el santuario Toshogu, que a la postre sería el que más nos gustó de todos los que hay.

Tras pagar la entrada al recinto (1300 Yenes, unos 10€, Julio 2018), lo primero con lo que nos encontramos fue con una espectacular pagoda de cinco pisos que nos daba la bienvenida.

Pagoda de cinco pisos en Nikko

La entrada al recinto del santuario se hace a través de una puerta custodiada por los dioses Nio, uno a cada lado de la puerta.

Puerta de entrada custodiada por los dioses Nio

Tras cruzar la puerta, giramos a la izquierda para encontrarnos con una imagen que seguro os suena a todos, la de los tres monos sabios. Son esos tres monos que no ven, no oyen y no hablan y que tan famosos se han hecho.

En este edificio se encuentran las figuras de los tres monos sabios

Aquí vemos a los monos en cuestión

Justo enfrente del edificio donde están los tres monos, podemos ver otro edificio con otras dos tallas bastante curiosas. Son figuras de elefante, y la curiosidad está en que fueron creadas por un escultor que no había visto jamás un elefante. De ahí el nombre de los elefantes, sozonozo, o lo que es lo mismo, elefantes imaginados.

Precioso edificio en Nikko

Detalle de los elefantes en uno de los edificios

Seguimos paseando por el santuario Toshogu y todo lo que vemos nos gusta. Da la sensación que estamos inmersos en una película y que en cualquier momento va a aparecer un grupo de monjes budistas rodeados de una nube de incienso.

Rincón pintoresco de Nikko

Uno de los muchos edificios de Nikko

Tras regalar a nuestros ojos una maravillosa experiencia en el santuario de Toshogu, llegaba la hora de visitar otro santuario (dentro del mismo complejo de Nikko), el santuario Futarasan.

Aunque no tiene la misma vistosidad que el de Toshogu, igualmente nos gustó, ¡¡¡como todo en Nikko!!!

Panorámica del santuario de Futarasan

Cualquier rincón en Nikko es bueno para fotografiar

Continuamos nuestra visita rindiendo honores en esta ocasión a Tokugawa Iemitsu, tercer shogun de los Tokugawa y nieto de Ieyasu, visitando el que es su actual mausoleo.

Seguimos visitan los templos de Nikko

Bonito edificio del Santuario de Iemitsu

 

Es un mausoleo muy parecido al del primer shogun, pero un poco menos espectacular debido a que Iemitsu no quería eclipsar al mausoleo de su abuelo (santuario Toshogu) debido al profundo respeto que sentía por su abuelo.

Precio y horario del Mausoleo de Iemitsu

  • Desde Abril hasta Octubre el horario es de 08:00 a 17:00. De Noviembre a Marzo el horario es de 08:00 a 16:00
  • El precio es de 550 Yenes (algo menos de 5€, Julio 2018)

Se nos hacía la hora de comer y habíamos leído en algún blog, acerca de un restaurante donde se comía de lujo y a unos muy buenos precios. El restaurante se llama Hippari Dako. Habíamos leído que cada persona que iba dejaba una nota colgada en la pared del restaurante. La verdad es que las fotos resultaban curiosas, así que no lo dudamos y fuimos allí a comer. Efectivamente, era increíble la cantidad de notas de viajeros de todo el mundo que habían allí. Miles de notas tapaban cualquier rincón de la pared. Habían notas hasta en el techo. Por supuesto, nosotros cumplimos con el ritual y dejamos la nuestra también jeje.

Curioso restaurante lleno de papeles en Nikko

Nuestros mejores deseos en Nikko

*Nota: Según parece, han reformado el local y han quitado muchas de las notas que allí habían. ¡¡Esperemos que la nuestra siga!!

La verdad es que la comida nos pareció exquisita. De entre todo lo que comimos, los Yakitori (una especie de pinchitos de pollo) nos parecieron sublimes!!!

Degustando la gastronomía local en Nikko

Con el estómago lleno y nuestro mejor deseo plasmado en una nota de papel nos disponíamos a recorrer un sendero que habíamos descubierto casi por casualidad pocos días antes de visitar Nikko, hablamos del sendero de Kanganmafuchi.

Para encontrar el sendero, lo que tenéis que hacer es seguir la carretera desde el Puente de Shinkyo de manera que el río quede a vuestra izquierda. En unos 10 minutos llegaréis a otro puente por el que deberéis comenzar y desde donde comienza el sendero propiamente dicho.

Plano de google para llegar al inicio del sendero de Kanmangafuchi

Dicho sendero es un camino que transcurre a lo largo del río Daiya en el que podremos observar unas estampas realmente bellas.

Bonito paseo por Kanmangafuchi

Pero sin ninguna duda, lo más conocido de este sendero son una serie de curiosas estatuas situadas en fila india que nos observan atentamente. Son unas estatuas llamadas Jizos y realizadas en piedra.

Jizos de piedra

Cuenta la creencia japonesa, que los niños que aún no han nacido y los niños muy pequeñitos que  han fallecido, caen al río Sanzu en su camino a la otra vida, debido a que no han acumulado buenas acciones en la vida mortal. Dicho río está habitado por demonios y otras criaturas maléficas que hacen de la estancia de los niños un auténtico sufrimiento.

Los desesperados padres que han tenido que pasar por el mal trago de perder a un hijo, construyen un Jizo de piedra (al que adornan con baberos y gorros de lana) que los ayudará durante su travesía por el río Sanzu.

Es por eso que estas figuras son muy emotivas debido a que representan a un niño fallecido.

Estatuas que representan niños fallecidos en Kanmangafuchi

Aunque originalmente habían 100 estatuas, algunas de ellas fueron destrozadas durante la inundación que tuvo lugar en 1902, y que también destrozó el Puente de Shinkyo. Actualmente quedan unas 70 figuras, que a veces se las denomina como Bake Jizo, debido a la creencia de que estas figuras cambian de sitio escondiéndose de los viajeros, lo que imposibilita contarlas con exactitud.

La noche se nos echaba encima, así que comenzamos a desandar el camino justo a tiempo, ya que justo cuando nos quedábamos sin luz conseguimos salir del sendero. Lo bueno es que pudimos fotografiar el precioso Puente de Shinkyo durante la noche.

Cae la noche en Nikko

Ya en Tokio, nos despedíamos de la ciudad de la mejor manera posible….cenando un exquisito sushi. ¿Os hemos dicho ya que nos encanta jaja?

Decimos adiós al delicioso sushi de Tokio

El día acababa, pero el viaje continuaba. Nara nos esperaba.

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