Vistas de la fachada del Parlamento
Hungría

Visitando el Parlamento de Budapest….y mucho más – Día 2

Una visita al corazón de la ciudad

Tras nuestra pequeña escala en Barcelona, ahora sí, tocaba visitar una de las perlas del Danubio. Una ciudad que atesora tanta historia que puede llegar a ser abrumadora. Una ciudad que ha sabido recomponerse de los yugos nazis y soviéticos para llegar a ser hoy una de las ciudades más turísticas de Europa. ¿Comenzamos?

Queríamos comenzar nuestra visita viendo el día a día de los ciudadanos de Budapest, y para ello, nada mejor que ir al Mercado Central, donde la gente se muestra tal y cómo es.

Mercado Central

De los 5 mercados que se abrieron a finales del siglo XIX, este fue el más grande de todos. Estos 5 mercados, se construyeron con el propósito de controlar el estado de los alimentos, ya que la población de la ciudad padecía de problemas sanitarios.

Construido en 1897, fue foco de continuas protestas debido a que los ciudadanos decían que los precios se habían encarecido con la llegada de los mercados….vamos, lo que pasó con el euro en Europa…..

Tras la Segunda Guerra Mundial, el Mercado fué cayendo en decandencia hasta que en 1991 fue cerrado. Tan sólo 3 años más tarde, fue restaurado y abierto nuevamente al público.

Es posible visitarlo cualquier día excepto los Domingos. Como cualquier mercado, el mejor día para visitarlo es el Sábado por la mañana.

Mercado Central de Budapest

 

Nada más poner los pies en el Mercado, uno ya percibe los típicos olores de casi cualquier mercado del mundo. Los puestos de carne, pescados, embutidos,…invaden el gran espacio central. La mejor manera de observarlo es, aparte de por supuesto callejear entre sus tiendas, subir al piso de arriba desde el que obtendréis una bonita vista. En la parte de arriba, tenéis pequeños puestos de comida en los que es posible comer por muy poco dinero. Pero como era bien temprano, nuestros estómagos aún no pedían combustible, por lo que, tras echar un último vistazo, volvimos a salir a la calle.

Nuestro siguiente destino estaba claro, no queríamos dejar pasar más tiempo sin conocer el gran icono de la ciudad: su Parlamento.

Para ir desde el Mercado Central, en el que nos encontrábamos, hasta el Parlamento, os recomiendo que atraveséis la calle Váci Utca, ya que junto con la Avenida Andrassy, es la calle más importante de la ciudad. Es una calle peatonal en la que se agolpan comercios entregados al turismo.

Calle Váci Utca

Como toda ciudad medieval, Budapest estaba rodeada por una muralla. La calle Váci, atravesaba la ciudad hasta desembocar en una de las puertas de la muralla, en donde hoy se encuentra la plaza Vörösmarty.

La  construcción de la calle como tal, comenzó en el siglo XVIII, por lo que algunos de sus edificios datan de esa época. Antiguamente la calle estaba habitada por los ciudadanos más pudientes de la ciudad. Poco a poco, dicha calle fue derivando al asentamiento de comercios. Hoy en día, tal y como hemos comentado antes, en la calle podréis encontrar todo tipo de establecimientos orientados en su gran mayoría al turista: hoteles, restaurantes, tiendas de recuerdos,….

Laura posando en Váci Utca

Visto pués el itinerario que íbamos a seguir, abandonamos el Mercado Central para adentrarnos en Váci Utca. Es la típica calle de cualquier ciudad europea en la que comprar algún recuerdo. Tras un agradable paseo a lo largo de la calle, fuímos a desembocar a la plaza Vörösmarty que es, como hemos comentado antes, el lugar en donde se encontraba una de las puertas que daba acceso antiguamente a la ciudad. Desde Vörösmarty al Parlamento os recomiendo que vayáis por la orilla del Danubio, ya que..¿qué mejor manera de alcanzar el símbolo del país que bordeando la orilla del mítico Danubio? Dicho y hecho, nos desvíamos hacia la orilla del Danubio y comenzamos nuestra andadura. De camino pasaréis por el que posiblemente sea el hotel más lujoso de la ciudad como así lo atestiguarán los coches que os encontraréis aparcados en la entrada. Estamos hablando del Four Seasons Hotel.

Ferrai aparcado en la entrada del Four Seasons Hotel

Y ahora sí, tras un agradable paseo, se alzaba ante nosotros majestuosamente el gran símbolo de la ciudad y del país: el Parlamento.

Parlamento de Budapest

Su construcción se llevó a cabo a finales del siglo XIX. Cuenta ni más ni menos que con 691 habitaciones por lo que no es de extrañar que sea el tercer Parlamento más grande del mundo, sólo superado por el de Rumanía y el de Argentina.

Por dentro destaca la decoración en mármol y oro con la que relucen gran parte de sus habitaciones. El edificio alberga las oficinas tanto del Primer Ministro como del Presidente de la República.

Durante la visita que haréis, podréis ver, entre otros, las estancias más conocidas del Parlamento:

  • Escalera principal

Es la primera imagen que obtendréis del interior del edificio. La estancia donde se encuentran las escaleras es sublime y está llena de detalles. Unas alfombras rojas subiendo por las escaleras harán que penséis por un momento que sois una personalidad de la vida política de la ciudad.

Escaleras principales del Parlamento

  • Sala de la Cúpula

Tal y como indica el nombre, esta sala es la que se encuentra justo bajo la cúpula del Parlamento. En ella, podemos admirar varias estatuas de los reyes de Hungría, pero sin duda, nuestra mirada se desviará enseguida hacia una vitrina que contiene algunas pertenencias del primer rey de Hungría: Esteban I.

Entre las pertenencias que podemos ver en la vitrina se encuentra un bastón de mando, una espada, un orbe y lo que destaca entre todas ellas: la Corona de San Esteban, todo un símbolo que incluso aparece en el escudo del país.

De la corona, lo que más os llamará la atención es que la cruz que hay en la parte superior está inclinada hacia un lado. Hay numerosas teorías acerca de esta  inclinación y no se sabe a ciencia cierta cuál es la correcta.

Detalles de la Corona de San Esteban

  • Antigua Cámara Alta

Es la zona en donde antiguamente, los políticos de turno se juntaban para discernir sobre las cuestiones del país. Y no es que ahora no se junten, sino que ahora lo hacen en otra sala del mismo edificio (no visitable).

Antigua Cámara Alta

Como véis en la foto, es la típica sala que podemos encontrar en cualquier parlamento.

La primera imagen que tuvimos del edificio fue de la parte trasera ya que es desde donde se accede al interior. Ya podíamos advertir las famosas torres puntiagüdas por las que se distingue esta construcción. Hicimos tiempo por los alrededores hasta que llegase la hora de entrar al interior.

Cómo visitar el Parlamento

Sin duda, la visita a este edificio es imprescindible en todo viaje a Budapest. Necesitaréis realizar una reserva previa desde su página web indicando el día, la hora y el idioma deseado en el que realizar la visita (vais acompañados en todo momento por un guía). Os recomiendo realizar la reserva directamente desde la página oficial ya que el precio (7€, Mayo 2017) es la mitad que en otras webs.

El tiempo estimado de la visita es de unos 45 minutos

Una vez dentro, nos impresionó el lujo con el que está decorado el interior. El mármol y los motivos dorados, hacían acto de presencia en cualquier rincón. Además encontramos objetos muy curiosos como un «portapuros» donde los parlamentarios podían dejar sus puros mientras charlaban por los pasillos.

Detalle de un portapuros

Mirábamos fascinados a cualquier rincón del edificio. Estatuas, motivos religiosos, bustos de personalidades se agolpaban en cualquier rincón al que desviases la mirada. Tuvimos incluso la suerte de asistir al cambio de guardia que se realiza en la Sála de la Cúpula. Dichos guardias se ocupan exclusivamente de proteger las reliquias de San Esteban, todo un símbolo del país.

La Guardia custodiando las reliquias de San Esteban

Con un poco de pena debido a que se acababa la visita, abandonamos el Parlamento para continuar nuestra visita a la ciudad. Nuestro próximo destino sería la Basílica de San Esteban, el icono religioso de la ciudad.

De camino os recomiendo que atraveséis el Parque de la Libertad en donde se expone un gran monumento en honor al pueblo ruso que liberó a la ciudad de los nazis.

Monumento en honor al pueblo ruso

Igualmente, en una de las esquinas del parque (la que queda más cerca del Parlamento), podréis encontrar una bonita estatua de Nagy Imre, que fuera Primer Ministro Húngaro en la década de 1950, a Laura le gustó bastante e incluso tuvo una animada charla con el político, ¿de qué hablásteis Laura?

Estatua de Nagy Imre

Entre estatuas y monumentos, el paseo se nos hizo realmente corto y, antes de que nos diésemos cuenta, ya nos encontrábamos enfrente de la Basílica.

Basílica de San Esteban

Como no podía ser de otra manera, el de nombre de la Basílica es en honor al que fuese primer Rey de Hungría, Esteban I. Como ya podréis haber adivinado, la figura de este Rey es súmamente importante para el país.

Al contrario que pasa en muchas Iglesias y Basílicas importantes de cualquier país, dicha Basílica es relativamente moderna, ya que su construcción finalizó en 1905 tras 50 años de construcciones. Leemos por internet que se demoró tanto la construcción debido a que la cúpula se derrumbó en el año 1868, por lo que tuvieron que volver a comenzar.

Fachada de la Basílica

La entrada a la Iglesia es gratuita, aunque es posible acceder a una de las torres por un precio de algo menos de 2€ (Mayo 2017).

Tras ver su bonita fachada, decidimos entrar al interior. Tras ver cientos de iglesias alrededor de todo el mundo, el interior no nos sorprendió excesivamente. Si hay algo que nos gusta  de cualquier sitio elevado es la posibilidad de ver tus alrededores desde otra perspectiva, por lo que no nos lo pensamos nada y pusimo rumbo a la torre de la Basílica. La subida se hace por una bonita escalera de caracol. Desde arriba tenemos una vista de 360º de toda la ciudad.

Vistas desde la torre

Para no faltar a la verdad, debemos decir que las vistas no son nada del otro mundo. Sin duda alguna, las mejores vistas de la ciudad se debían tener desde el Castillo de Buda, al otro lado del río, desde donde admirar en todo su esplendor el espectacular Parlamento que habíamos visitado hacía tan sólo unos minutos. Después de un último vistazo, salimos a la calle para dirigirnos a otro lugar bien distinto: la Isla Margarita.

Isla Margarita

Es una extensión de tierra que se encuentra en medio del mítico Danubio. Es todo un remanso de paz en el que descansar un rato bajo la sombra de algún árbol, o dar algún paseo, bien andando, o bien en bici para conocer la isla.

La isla cuenta con algunos puntos de interés como el convento de Santa Margarita, un pequeño zoo, múltiples jardines, etc.

Para ir a Isla Margarita, teníamos que cruzar por uno de los muchos puentes con los que cuenta la ciudad, en el que se encuentra el acceso a la isla. Lo mejor del puente son sin duda, las espectaculares fotos, ahora sí, de la fachada principal del Parlamento.

Vistas de la fachada del Parlamento

Tras deleitarnos con semejantes vistas. Accedimos a la isla.

Nada más entrar, os encontraréis unos cuantos puestos de alquieres de bicis, coches a pedales e incluso coches eléctricos. Puesto que la isla es bastante grande, nos decantamos por la opción del coche a pedales, sin duda algo diferente al resto.

Coche a pedales para recorrer la Isla

La verdad es que pasamos una tarde agradable donde sacamos nuestra vena de la niñez.

Un comensal más raro aúnUn comensal un poco raro

Buen salto Laura

Este árbol es muy grande, ¿no?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y es que, en Budapest es imposible aburrirse!!!

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