Recorriendo en coche el anillo de Kerry
Reconocemos que, cuando estuvimos organizando nuestro viaje a Irlanda, nunca habíamos oído hablar del anillo de Kerry. En varios blogs de Irlanda, comentaban que esta zona del condado de Kerry era una de las más bonitas de todo el país. Tras ver fotos y leer experiencias de distintos viajeros, nos decidimos a incluirlo en nuestro planning, y…¡¡fue todo un acierto!! El anillo de Kerry es ese destino al que hay que dedicarle un día completo y recorrerlo en coche sin ninguna prisa. Se trata de un lugar ideal para perderse en medio de la naturaleza y relajarse un poco tras casi dos semanas de un intenso viaje. Si tenéis dudas sobre si incluirlo en vuestro viaje, seguid leyendo porque hoy os contamos todo lo que se puede ver en el anillo de Kerry.
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Qué es el anillo de Kerry
Se llama así debido a que se trata de una ruta circular situada en el condado de Kerry. Lo que se suele hacer es tomar como punto de inicio y fin la localidad de Killarney debido a que es la más grande de la ruta y por lo tanto en donde os será más fácil encontrar alojamiento.
A lo largo de sus 170 kilómetros os encontraréis con playas, acantilados, montañas y vistas de infarto, todo ello supervisado por las cabras y las vacas que veréis prácticamente en cualquier finca que quede a vuestro lado.
La ruta discurre a lo largo y ancho de la península de Dingle siendo esta el punto más al oeste de Irlanda y uno de los lugares más bonitos de toda Irlanda.
Cómo recorrer el anillo de Kerry
Básicamente existen dos maneras de recorrer esta ruta circular. La primera de ellas se trata de contratar una excursión organizada con todo lo que ello supone. Estas visitas guiadas, por norma general tienen una duración de un día y realizaréis la visita en un autobús acondicionado para ello. La gran ventaja de esta opción es que no os tenéis que preocupar de nada ya que el guía os llevará a todos los lugares de interés. La gran desventaja es que os tenéis que amoldar al resto de turistas que compartirán autobús con vosotros y, además, el tiempo en cada lugar ya está definido de antemano por lo que, os podéis quedar con ganas de pasar más tiempo en algún rincón que os haya gustado especialmente.
La otra opción (y bajo nuestro punto de vista la más recomendable) es realizar la ruta con un coche de alquiler, como hicimos nosotros. De esta manera, tenéis completa libertad para parar donde queráis y el tiempo que queráis. Además, si vais con niño pequeños, os aseguro que las paradas serán frecuentes para ver a los distintos animales que os encontraréis a lo largo del camino.
Qué ver en el anillo de Kerry
Ahora que ya sabemos qué es y cómo recorrerlo llega la hora de lo más importante, qué ver.
Como os podéis imaginar, a lo largo de sus 170 kilómetros son múltiples los lugares de interés, pero os voy a intentar resumir los que, según nuestros gustos, son los imprescindibles que no os debéis perder a lo largo de la ruta. Abrochaos el cinturón y poneos cómodos que comenzamos la visita.
Mirador de Mountain Stage
Se trata de un pequeño mirador (no el mejor) situado al lado de la carretera donde obtendréis unas fabulosas vistas de la bahía que se adentra al lado de la península de Dingle. Sin duda alguna es un buen punto de inicio de la ruta.
Unos cuantos metros más adelante tenéis otra curiosa parada en la que la gente monta las típicas montañitas de piedras que tanto se pueden ver hoy en día. Por supuesto, nosotros no fuimos menos y dejamos nuestro particular sello.
Acantilados de Kerry
Son sin duda alguna, unos de los acantilados más desconocidos de Irlanda, siempre a la sombra de los de Slieve League y sobre todo de los de Moher. Eso hace que el impacto que te llevas de ellos sea el más grande de todos, es decir, son los que más te van a sorprender de todos los que visites.
Cómo llegar a los acantilados de Kerry
Aunque todo lo que os estamos contando podría entrar dentro del conocido como anillo de Kerry, lo cierto es que existe otro anillo que supone una extensión del de Kerry, conocido como anillo de Skellig. Para llegar a él, siguiendo la carretera N70 (que es la carretera principal que recorre el anillo de Kerry), os encontraréis en su punto más al oeste una desviación hacia la carretera R565 que es la transcurre por el conocido como anillo de Skellig.
Este anillo secundario es sin duda alguna la parte más bella de todo el recorrido donde encontraréis los acantilados y una vista de escándalo en el punto más alto del anillo.
Si tomáis esta carretera secundaria, deberéis seguir hasta la localidad de Portmagee, atravesar el pueblo y seguir las indicaciones de los acantilados, no tiene pérdida.
Precio y horario de apertura de los acantilados de Kerry
El precio de la visita a los acantilados es de 4€ por persona mientras que el horario es de 9 de la mañana a 9 de la noche todos los días. Los tickets se compran en una pequeña oficina que está en el aparcamiento de los acantilados. Además, en ese parking tenéis un pequeño kiosco donde tomar un tentempié.
Tras tomar un pequeño aperitivo en el kiosco del parking, comenzamos a recorrer el camino que llega hasta los acantilados. Este camino es ideal para recorrerlo con niños, ya que a ambos lados existen vastas extensiones con diferentes animales. Si tenéis suerte, los burros estarán esperando cerca de la valla para que les deis algo de comida.
Una vez arriba en los acantilados, disfrutaréis de una de las mejores vistas de todo el viaje donde los extensos valles se desparraman hasta donde os alcanza la vista. Los valles, en su infinito camino ascienden poco a poco, como si fueran llevados por el viento, llegando a convertirse en montañas.
Tras fotografiar los preciosos valles, ahora sí, anduvimos unos pasos para ver con nuestros propios ojos los desconocidos acantilados de Kerry. Estos acantilados se disfrutan enormemente debido a que el impacto visual que te llevas es muy grande ya que apenas habrás visto fotos de ellos. En nuestro caso, podemos decir que fueron los que más nos sorprendieron de todos los que vimos ya que, a parte de ser preciosos, la confluencia de personas era muchísimo menor que la que existe por ejemplo en los acantilados de Moher.
En estos acantilados, existen distintas plataformas de observación, a cada cual más espectacular que la anterior. Por supuesto, nuestros peques también se quedaron boquiabiertos con el espectáculo que la madre Naturaleza nos estaba regalando ese día.
Os recomiendo que recorráis todos los miradores ya que, desde todos ellos obtendréis unas fabulosas vistas.
Tras esta preciosa visita, bajamos al cercano pueblo de Portmagee a saciar nuestros estómagos y a que los peques descansaran un poco. Portmagee se trata de un pueblo muy ligado a la pesca y al turismo que atrae esta pequeña porción de terreno del condado de Kerry, aunque no tiene gran cosa que visitar. Nosotros simplemente nos acercamos a visitar el pequeño puerto del que dispone.
Con el estómago lleno, nos volvíamos a subir al coche camino de un mirador al que le teníamos muchas ganas, el Cliff View.
Cliff View, uno de los miradores más bonitos de Irlanda
Cuando estábamos en el coche camino de los acantilados de Kerry, vimos que la carretera picaba hacia arriba dejando tras de sí una estampa realmente bella. Desde abajo ya se puede intuir que las vistas en el punto más alto debían ser de escándalo, así que no nos lo pensamos y comenzamos la ascensión.
Una vez arriba, bajamos del coche y, efectivamente, tal y como se intuía desde abajo, las vistas desde el mirador son de esas que quitan el hipo. Podríamos habernos quedado horas y horas allí contemplando la península de Dingle con la bahía adentrándose tierra adentro.
Eso sí, las preciosas vistas eran proporcionales al increíble viento que hacía esa tarde y que hacía muy difícil el estar demasiado tiempo fuera del coche.
Tras las fotos de rigor, nos acercamos al que sería la última visita del día, la pequeña localidad de Waterville.
Waterville, un agradable paseo por la costa
Realmente no teníamos pensado parar en esta pequeña localidad situada a orillas del Atlántico, pero los peques estaban cansados de tanto coche y necesitaban corretear un poco, así que decidimos hacer una parada técnica.
Lo que más nos sorprendió de esta localidad fue la increíble playa de piedras con cientos de metros de longitud. Un lugar ideal para que los niños descansen y jueguen.
Por supuesto, no pueden faltar tampoco algunas casas con esos murales a los que tanto les hemos seguido la pista en Belfast y en Derry.
Bajo nuestro punto de vista, no se trata de un lugar imprescindible de la ruta, pero si os pilla de camino, está bien simplemente para dar un paseo.
El día se nos echaba encima así que, volvimos a subirnos al coche para poner rumbo, tras un perfecto día, a nuestro hotel situado en las afueras de Killarney.
Para el día siguiente volvíamos a coger el coche para conocer el Castillo de Blarney…pero eso ya será otra historia.
¿Y vosotros?¿A qué esperáis para conocer una de las maravillas de Irlanda?